El guardián de la Maison

George Cramer ha convertido su cuenta de Instagram en un extraordinario viaje a los orígenes y filosofía estética de Cartier.

Uno de los grandes atractivos de la relojería es su diversidad. Tenemos marcas ultraexclusivas y otras accesibles; de Suiza, Japón, Alemania o de cualquier otro rincón del mundo; relojes pequeños y grandes, discretos y barrocos. Todos, sin discusión, son interesantes. Y esta diversidad se refleja en la red, donde es muy raro encontrar cuentas centradas en una sola marca, y, de ser así, la total mayoría de ellas están dedicadas a Rolex. Por estas razones, es tan interesante la propuesta de George Cramer (@george.cramer – 42,700 seguidores) y su cuenta dedicada, en su práctica mayoría, a las creaciones de Cartier.

La singularidad de Cartier casa bien con la filosofía de Instagram. En muchos casos, los usuarios tienen que hacer virguerías para conseguir con sus fotografías extraer el interés del acabado de un movimiento, la complejidad de un mecanismo o hablar de la historia de la casa. Cartier es creación pura, belleza con mayúsculas e historia viva de la relojería. Son las cualidades que sabe captar de manera tan precisa George Cramer y que hacen tan interesante su cuenta.

La pasión por Cartier convertida en libro

Preguntado por sus orígenes y ocupación, Cramer nos aclara, “me definiría con un bloguero senior que vive en el sur de Francia y que se dedica a los relojes por puro placer”. Diseñador de carrera (ha trabajado principalmente como creador de portadas para un sello discográfico), su relación parte de su condición de aficionado. “Recuerdo los primeros tiempos en Timezone y después llegué a moderar el foro de Cartier que creó Revolution. Más tarde comencé a escribir artículos sobre Cartier para Chronos Japan y Fratello Watches”.

Esta pasión también ha tomado forma de libro, titulado The Gentleman’s Files y centrado en la producción de Cartier entre 1990 y 2010. “En parte coincide con mi etapa favorita de Cartier. Es el periodo que va de 1998 a 2008, cuando la Maison lanzó todos sus modelos CPCP (Cartier Collection Privee Cartier Paris)”

¿Y por qué Cartier?

La pregunta tiene que surgir tarde o temprano, y Cramer no duda en contestarla. “Un momento clave fue mi primera compra de un reloj de la marca. Fue un Santos de acero y oro que adquirí en 1978. Desde el primer instante me fascinó su forma cuadrada, tan diferente al del resto de modelos, y los tornillos dorados que cubrían su superficie. Comencé a seguir todo lo que había hecho la marca hasta entonces, aunque por entonces no había internet, así que toda la información se limitaba a libros y revistas”.

Prosigue Cramer, “entrar en la historia de Cartier es algo fascinante. Cuando indagas en ellas descubres que hay relojes creados en los años 20 y 30 que todavía se hacen con apenas cambios en su diseño. No soy alguien que encuentre especialmente interesantes las complicaciones. Prefiero los modelos que solo marcan en tiempo, sobre todo los que plantean formas alternativas de leerlo”. Aquí vemos el gran valor de Cartier, muy bien reflejado por este seguidor en su cuenta. En ella encontramos desde los últimos modelos de Cartier hasta piezas encontradas en subastas y exposiciones, o la siempre recurrente instantánea de un reloj interesante encontrado en la muñeca de otro aficionado. Es ahí donde podemos disfrutar de la maravillosa creatividad de Cartier y profundizar en su rica historia. Porque el legado es inmenso.

La creatividad recuerada de la Maison

Tanto, que es inevitable preguntarnos si las firmas eran más creativas en el pasado. “Sí, es verdad. Los relojes solían ser, desde un punto de vista visual, más originales de lo que son ahora. Por otra parte, es indudable que los acabados y mecanismos son mucho mejores que los de entonces. Cartier ha hecho un magnífico trabajo recuperando y modernizando muchos de sus grandes diseños de los años 20 y 30. Por desgracia, este empeño se ha centrado solo en los relojes y no en los maravillosos brazaletes de eslabones que la Maison también diseñó en aquellos tiempos. De todos modos, me parece una política muy acertada de la cual otras firmas deberían tomar ejemplo. Rolex, por ejemplo, que no hace nada con sus extraordinarios relojes vintage y centra toda su atención en la línea Oyster”. 

Muchas de las fotos que vemos en la cuenta de Cramer las ha tomado él. No es nada extraño cruzarse con este aficionado en cualquier exposición o subasta donde haya piezas antiguas interesantes de Cartier. “Es algo que valoro mucho en Instagram y mis cuentas preferidas de relojes tienen un importante componente fotográfico. Me gusta mucho Mr.Watchley (@mr.watchley) por la calidad de sus fotos. Si habla de fotografía pura, mi cuenta preferida es @a_l_x_ender. Ha sido precisamente en una exposición donde hemos tenido la oportunidad de conocer a George Cramer.

La misma exposición que plantea el reto más reciente que se ha planteado el aficionado: fotografiar el Pebble. “Me fascina su historia tanto como su diseño: solo seis relojes fabricados en el pasado y ahora reeditados en edición limitada. Me atrae mucho su combinación de caja redonda con cristal cuadrado, aunque debe ser muy difícil de fotografiar bien debido a los reflejos de luz del frontal. Tengo que curiosidad por saber qué resultados conseguiré”. Lo mejor es pasarse por su Instagram para saber si consiguió su objetivo y, de paso, saborear algunos de los relojes más bellos de los últimos cien años. 

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