El papel vital de los proveedores relojeros

Los proveedores externos constituyen la gran base sobre la que asienta la industria relojera.

Siempre nos ha llamado la atención que la relojería sea un sector que presume tanto del trabajo artesanal y, a la vez, sea tan parca en detalles sobre las personas que la hacen posible. Esta proverbial discreción, tan suiza por otro lado, se traduce en un dibujo distorsionado de los proveedores relojeros que a menudo confunde al aficionado recién llegado. Porque nada más hay alejado de la imagen, real pero muy escasa, del relojero trabajando con paciencia en el taller de su casa.

En Suiza hay más de 60,000 personas dentro de la industria relojera y sus exportaciones son una de las principales fuentes de divisas del país. Son datos que para el aficionado extranjero no son importantes, pero que forman parte de la identidad helvética y que, bien estudiadas, nos ayudan a conocer el verdadero estado (y futuro) del negocio relojero. Planteada la materia de estudio, la industria relojera parece vivir momentos agitados. 

Una época de cambios

Dos son los síntomas de esta época convulsa. El primero es el auge de noticias de adquisiciones, colaboraciones y nuevos proyectos que han aparecido en la prensa en los últimos meses. Por nombrar los más sonados, hemos conocido recientemente la entrada de Patek Philippe en el capital de Salanitro. Es un empresa poco habitual en los medios, pero que disfruta de una posición de liderazgo en el estratégico campo del engaste de piedras preciosas.

También ha sido muy comentada la vuelta a la actividad de Daniel Roth y Gérald Genta, dos firmas ‘dormidas’ desde su adquisición por Bulgari a comienzos de este siglo; o la compra del fabricante de cajas de música Reuge por parte de De Bethune, a su vez adquirida hace poco por Watchbox, el gigante norteamericano de la segunda mano. Incluso este ambiente de movimientos dentro del sector ha dado lugar a especulaciones como la posible compra de la relojería de Richemont por parte de LVMH

Hay otro gran bloque de informaciones que han surgido en los últimos meses, aunque su propagación se ha limitado a los corrillos profesionales. Nos referimos a la demora de la entrega de relojes, siempre achacados al retraso y parón de los suministradores, un problema que ha afectado con diferente intensidad a todas las marcas, en muchos casos dependiendo de su fortaleza en el mercado. ¿Cuál es el actual estado de la industria relojera y cómo afecta su situación al negocio relojero? Estas son las dos grandes dudas que pretendemos contestar a continuación.

De la pirámide a la red

La imagen tradicional que nos ha llegado del negocio relojero en las últimas décadas es la de una industria de tendencia piramidal. Está pensada para que los grandes grupos desarrollen una estructura vertical que les permita controlar todos los procesos, desde la fabricación de componentes hasta su comercialización.

Foto de EPHJ, feria de proveedores relojeros
Imagen de la feria profesional EPHJ (Copyright: EPHJ)

En realidad, la industria relojera siempre se ha parecido más a una red que a esta presumible pirámide. El gran tejido de esta red está formado por multitud de proveedores cuyos conocimientos y adaptabilidad les permite trabajar para clientes de todos los segmentos del negocio. Buen conocedor de esta red industrial es el periodista Joël A. Grandjean. Es el editor y redactor-jefe de JSH Magazine, revista decana del sector, fundada en 1876. “Para conocer el estado de la industria relojera hay que pasarse por la feria EPHJ. A la edición de este año [6-9 de junio, Palexpo] acuden más de 20,000 visitantes para ver las novedades de más de 800 compañías del sector, sin incluir fabricante de relojes o movimientos”. Tal cantidad de empresas se debe al grado de especialización y el sistema de trabajo en cadena que practican.

El atractivo de la subcontratación

Thomas Baillod, con una larga experiencia en la distribución y fundador de la firma BA1110D, conoce a la perfección el sistema de trabajo de los proveedores suizos. Él mismo los emplea en su nuevo proyecto. “Es un sistema muy habitual en Suiza. Las firmas trabajan con los grandes proveedores y estos a su vez con más pequeños. Siempre se ha vendido la verticalización de la producción como el gran objetivo de los grandes grupos y marcas. Este sistema de suministros externos les aporta muchos beneficios que no creo que estén de dispuestos a rechazar”.

El más obvio es la adaptación de la producción a las demandas del mercado. “Para una firma es mejor acudir a un proveedor que contratar personal y comprar máquinas. Eliges una u otra opción dependiendo de la situación del mercado. Si piensas que el repunte de demanda es ocasional, trabajas con proveedores. Si, por el contrario, tienes fe en que el crecimiento es sostenible, entonces te planteas amplia tus facilidades de producción”. Justo lo que acaba de hacer Rolex con su anuncio de la nueva línea de producción de Friburgo

Atasco en la autopista

Sin embargo, este sistema de tampoco es inmune a las tormentas perfectas que de manera ocasional sacuden a la industria. La más reciente ocurrió a comienzos del año pasado, con una industria aún convaleciente del parón de la pandemia y un mercado que aumentó sus pedidos de forma abrupta. El resultado fue una desconexión en el proceso de trabajo traducido en enormes retrasos en las entregas de componentes. “La pandemia fue terrible para muchos pequeños talleres”, nos comenta Baillod. “Muchos tuvieron que cerrar ante la falta de producción”.

“Después con la reactivación del mercado”, continúa Baillod, “han querido recuperar el nivel de producción prepandémico, pero hacerlo lleva tiempo. La situación es similar a la de un atasco en la autopista. Aunque el coche del principio comience a andar, los que están parados kilómetros atrás no alcanzarán velocidad crucero hasta mucho tiempo después. Aún estamos saliendo del parón de la autopista”. El creador de BA1110D cita los proveedores de décolletage (los encargados de producir platinas y pequeños componentes del movimiento) como la parte más afectada en estos momentos del negocio. 

Protagonistas desconocidos

El retraso de las entregas de los componentes ha centrado la atención en los proveedores hasta darles el protagonismo que nunca habían disfrutado. Son los grandes desconocidos de los cuales depende la industria y que tienen un poder e influencia mucho mayor de lo que nos podamos imaginar.

El ejemplo más palpable es TEC-Group, un emergente grupo de once compañías fundado en 2018 y localizado en el valle de Joux. La más relevante de todas es TEC Ebauches, donde se fabrican las platinas y puentes de gran cantidad de los movimientos actualmente usados en el mercado. Aunque desconocida por el gran público, el nombre de TEC Ebauches sale a relucir en cada conversación que hemos mantenido con los profesionales consultados para este artículo. “Trabajan para todas las marcas, desde las más grandes hasta las más pequeñas”, nos señala Niels Eggerding, consejero delegado de Frederique Constant.

Roud'hor, proveedor relojero perteneciente a TEC-Group
Imagen de la firma Roud’hor, perteneciente al grupo TEC-Group (Copyright: Roud’hor)

El caso de TEC-Group también es revelador para romper la imagen del suministrado como un actor de la cadena que no aporta valor añadido al trabajo artesanal. De hecho, TEC-Group está detrás del proyecto Purnell y los maravillosos tourbillones giratorios que ha creado Éric Coudray no hubieran sido posibles sin contar con el trabajo de las empresas del grupo. 

Una nueva edad dorada

Hay más nombres en el mercado. Le Cercle des Horlogers, la manufactura creada por la familia Rosnoblet, propietarias de Speake-Marin. E20 Innovations, del mismo grupo que la Schwarz-Etienne, sin olvidar nombres más conocidos como Sellita y Concepto. Todas están realizando un trabajo magnífico y cada vez son más conocidas por el gran público. “Personalmente creo que estamos viviendo una nueva edad dorada de la relojería independiente suiza”, afirma Joël A. Grandjean. “Según un listado personal que actualizo a menudo, hoy en día existen 386 marcas de relojes independientes con el sello Swiss Made, ¡con Rolex a la cabeza!”

Fabrica Schwarz Etienne, firma que también funciona como proveedor relojero.
En la imagen, la factoría de Schwarz Etienne, una de las firmas de tamaño medio que más están empujado en el campo de la elaboración propia de movimientos.

Este reciente protagonismo de las nuevas manufacturas viene acompañado además por una política de comunicación de las grandes casas. Curiosamente, cada vez están más predispuestas a informar del trabajo de sus proveedores. “Hasta hace poco era impensable, pero ya hemos visto cómo Audemars Piguet cita a Vaucher Manufacture Fleurier entre sus colaboradores o que Bulgari admita que su último récord haya sido posible gracias al trabajo de Concepto”. Esta apertura de información también incluye otros ejemplos como el protagonismo de Kenissi. Esta es la manufactura de movimientos creada por Tudor y con participación de Chanel. También tenemos en cuenta la interesa estrategia de Panerai de comunicar los proveedores de su Submersible eLAB-ID.

Thomas Baillod aplaude esta apertura de la comunicación de los proveedores, aunque es escéptico en cuanto a su verdadero alcance. “No creo que las firmas estén interesadas en comunicar todo sobre el proceso de fabricación de sus relojes. La razón es que pueden salir datos que les dejen en mal lugar de cara a los clientes, como en la diferencia del importe de los movimientos que compran y el precio final. Si no hay claridad en el mercado, es que nadie quiere encender la luz”. 

Relaciones personales

La oferta de suministradores es buena para las firmas, aunque esto significa que les facilite el trabajo. De manera constante van surgiendo nuevos proyectos de talleres, diseñadores e ingenieros con propuestas para realizar con las marcas, pero su alcance de comunicación es limitado y es trabajo de las firmas averiguar qué propuestas pueden ser más interesantes para sus proyectos.

La propia estructura del sistema industrial suizo, muy interconectado, de pequeño tamaño y localizado geográficamente, propicia este fenómeno. “Claro que hay propuestas interesantes en el mercado, pero para encontrarlas tienes que acudir tú a ellas. Nadie vendrá a verte si esperas sentado en la silla de tu despacho”, despacha Niels Eggerdin. Las relaciones personales aparecen aquí como un factor clave para establecer nuevas alianzas.

Reloj de Le Rhöne.
El Horölogy Tourbillon QP Retrograde, lanzado con motivo del décimo aniversario de la creación de Le Rhöne, ha sido posible gracias a la colaboración de dos proveedores señeros del mercado como Le Cercle des Horlogers y Agenhor.

Así nos lo confirma Loïc Florentin, fundador de Le Rhöne. “El panorama relojero es muy dinámico y tienes que mantener alianzas muy sólidas para estabilizar tu proyecto. En nuestro caso, ha sido vital la confianza establecida con Le Cercle des Horlogers y Agenhor para desarrollar nuestra firma”. Florentin asienta su opinión en el hecho de que hace diez años hubiese más pequeñas oficinas de desarrollo, aunque muchas han ido desapareciendo al ser absorbidas por nombres más potentes.

Para el fundador de Le Rhöne, la relación personal también ha sido esencial durante la crisis de los proveedores de componentes. “Como firma pequeña, sabemos que nos van a poner al final de la cola en la lista de entrega de suministros. Solo es posible conseguir prioridad si has establecido una relación de confianza con sus socios a lo largo del tiempo”

Quién absorbe a quién

De vuelta a los procesos a la estrategia de los grandes grupos, les preguntamos si han notado un interés en consolidar sus producciones mediante la compra de estos proveedores. “No creo por las razones que comentaba antes”, responde Baillod. “Hasta que no se estabilice el mercado, las firmas van a optar por la flexibilidad que les proporcionan los suministradores externos. ¿Quién no nos dice que pasado mañana China invade Taiwán y todo el mercado vuelve a derrumbarse? Mejor no arriesgarse”.

Lo mismo piensa Joël A. Grandjean, aunque con un apunte muy interesante que hay que tener en cuenta. “El modelo de verticalización de 1990 a 2005 lo veo agotado. Las firmas adquirían proveedores rebosantes de atractivo y buenas ideas que más tarde, ya integrados dentro del grupo, quedaban opacos, limitados por las decisiones burocráticas y estrategias de grupo. Creo que aquí lo hizo bien Swatch Group al dejar más autonomía a sus diferentes empresas”.

Sigatec, uno de los grandes proveedores relojeros.
La sede Sigatec, una de las firmas pertenecientes al grupo Acrotec, formado por más de treinta empresas del sector. (Copyrightç: Sigatec).

“Hoy en día”, continúa Grandjean, “me parece más probable que un proveedor compre una marca que ocurra la contrario. Esto mismo pasó con Patek Philippe cuando en 1932 fue comprada por su proveedor Cadran Stern Frères. Bien gestionado y con los recursos económicos suficientes, ser proveedor es un negocio más atractivo que una marca. Un grupo como Acrotec, que pronto contará con treinta empresas, incluye en su nómina nombres como Petitpierre o KIF Parechoc. Pues bien, su fundador y consejero delegado François Billig me ha dejado bien claro que su proyecto de expansión no incluye la adquisición de ninguna marca relojera”

El riesgo de la exclusividad

Aunque la polarización no parece un problema para la industria relojera suiza, hay una amenaza más importante en el horizonte y que es consecuencia de la actual estrategia de mercado basada en la exclusividad. El aumento de las ventas de relojes suizos en los últimos años está basado en el valor del producto y no su volumen.

En la actualidad se producen en Suiza alrededor de 16 millones de relojes al año, cuando en el pasado esta cifra alcanzó los 30 millones de unidades. “Lo bueno para la industria es que gran parte de los relojes que se han dejado de fabricar son los de menor precio, con un gran porcentaje de su producción localizada en Asia”, aclara Thomas Baillod.  “Sé que no es muy popular decirlo, pero era por todos sabido que el gran volumen de componentes se fabricaba allí. Solo ciertos componentes de los movimientos y su ensamblaje se hacían en suelo suizo”.

Para estos expertos, la política de aumento de precios puede tener una desagradable consecuencia en forma de reducción del tejido industrial suizo. Como dice, Joël A. Grandjean, “el día que Suiza deje de fabricar componentes será cuando la viabilidad de la industria corra verdadero peligro”. La afirmación puede que sea demasiado pesimista, pero real. La tendencia de reducción el número de relojes fabricados en Suiza, aunque su precio unitario siga subiendo, acabará dañando al actual tejido industrial helvético. 

La llamada de la tribu

Hay un elemento importante que diferencia a la industria relojera suiza de otros segmentos económicos y es la importancia del factor familiar. Dentro del grupo de firmas y compañías independientes, muchas de ellas tienen aún un marcado componente familiar construido mediante la labor de varias generaciones de empresarios emprendedores.

Joël A. Grandjean considera este factor esencial para entender algunos movimientos que hemos visto recientemente en la industria y cita el caso de la entrada de Patek Philippe en el capital de Salanitro. “Thierry Stern y Pierre Salanitro tienen muy buena comunicación, tanto como ellos como sus hijos. A cada uno les gusta el trabajo que hace el otro y me parece bueno para la industria que establezcan alianzas”, comenta Grandjean. “Esta colaboración nos recuerda lo complicado que es para las firmas familiares garantizar el legado de su trabajo. Las nuevas generaciones de estas sagas sufren una presión enorme hoy en día. ¿Quién se puede negar a llevar las riendas de una firma como Patek Philippe? Es muy difícil decir que no, pero esta sucesión presupone unas habilidades que no aparecen en otros campos”.

La alianza entre el Grupo MELB y Agenhor señala el movimiento que se está produciendo entre las nuevas generaciones de la industria. En la imagen, Edouard Meylan acompañado de los hermanos Wiederrecht, hijos de Jean Marc, fundador de Agenhor.

Por ejemplo, damos por supuesto que los hijos de Stern serán capaces de dirigir Patek Philippe, mientras sabemos que el hijo de un cantante no tiene por qué heredar las habilidades artísticas de su progenitor”. Además, añade Grandjean, hay también presión desde el momento en el que hijo tienen capacidad para decidir si toma al mando o no, algo que se daba por descontado en las anteriores generaciones.

Las nuevas generaciones

“Aparte de Rolex por su condición de Fundación, hay muchas dudas de cómo gestionarán su transición los grandes nombres familiares de la industria”, añade el periodista. “¿Qué ocurrirá con Nick Hayek Junior, sin hijos a los que dejar la dirección del grupo?” Lo mismo ocurre con Audemars Piguet, donde existe mucha expectación por ver los movimientos que realizarán Oliviero y Sébastien, hijos de Pierangelo Bottinelli, la familia que ahora mismo acumula el mayor capital de Audemars Piguet, a la vez que lleva las riendas Olivier Audemars, representante de la familia Piguet, cuyos hijos son aún muy jóvenes para pensar en su futuro papel en la manufactura. 

Hay más casos en el panorama de la industria, como los Scheufele en Chopard. En cualquier caso, es evidente que muchas de estas familias están activando las alianzas entre sus compañías como mejor modo de garantizar su existencia. Así nos lo demuestra la reciente alianza entre el Grupo MELB y Agenhor, la cual ha permitido la entrada de Edouard Meylan en el consejo de administración del fabricante de movimientos creado por Jean-Marc Wiederrecht

La solución francesa

El problema de la transmisión de conocimiento no se ciñe al problema generacional de las firmas familiares. Hay un hándicap mucho mayor que implica la escasa oferta de personal laboral actual y estudiantes de relojería para futuros puestos. “La industria relojera suiza acapara hoy en día unos 60,000 puestos de trabajo, pero necesitan muchos más”, advierte Joël A. Grandjean.

“Por desgracia, las estructuras de formación de formación en Suiza son claramente inadecuadas”. Un recurso rápido y muy beneficioso para el sector relojero sería la inmigración de personal laboral competente de otros países, pero este remedio choca con el aislacionismo de Suiza, país orgullosamente independiente y ajeno a la libertad de movimiento de personas de la que disfrutan todos los miembros de la Unión Europea. 

La solución que ha encontrado la industria está a unos pocos kilómetros. “Actualmente, entre el 60 y 70 % del personal de las grandes manufacturas viven en Francia” aclara el editor de JSH Magazine. “No es casualidad que la gran mayoría de ellas estén ubicadas tan cerca de la frontera”. Miles de trabajadores cruzan cada mañana la frontera para acudir a su puesto de trabajo en alguna de las grandes firmas. Evitan así los problemas burocráticos de su condición de personal extranjero y, no menos importante, disfrutan de salarios suizos sin sufrir el alto coste de vida del país. 

En la tierra de los quesos

En cualquier caso, la solución francesa no es suficiente para evitar la cada vez más acuciante demanda de personal cualificado en las manufacturas. Niels Eggerding nos cuenta que uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la manufactura de Frederique Constant es el “robo” de sus especialistas por parte de las firmas de la competencia. “Es exasperante”, confiesa Eggerding. “Nosotros tenemos un programa para captar estudiantes y relojeros de Holanda para que vengan a trabajar a Ginebra y es raro el mes en el que no venga uno de nuestros operarios para decirnos que se marcha a otra firma. Es muy complicado retener a los trabajadores cualificados”.

Un contratiempo grave, pero comprensible si tenemos en cuenta que la manufactura de Frederique Constant se encuentra a escasos metros de gigantes como Patek Philippe, Rolex, Piaget y Vacheron Constantin, por nombrar a los más conocidos. Y lo mismo ocurre en las sobreexplotadas localidades del cantón de Neuchâtel o del valle de Joux. 

Rolex ha encontrado una solución dentro de la saturación del mercado de proveedores suizos. Construirá una nueva fábrica en el cantón de Friburgo, que espera esté acabada en 2029.

Una solución se vislumbra en el futuro y es la conquista de nuevos territorios. Como ya han recogido medios locales, Rolex tiene previsto levantar una nueva línea de producción en Bulle, en el cantón de Friburgo. Se espera que la nueva fábrica esté acabado en 2029 y supondrá una inversión de mil millones de francos suizos y la creación de dos mil puestos de trabajo. Sin apenas tradición relojera, Bulle se puede convertir en el próximo gran centro relojero de Suiza y competir en fama con el gran producto estrella de la región: el queso de gruyer. Relojes y quesos. ¿Existe una imagen más suiza?

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