Una apuesta segura. Frederique Constant acaba de presentar dos versiones del Highlife Cronograph Automatic, toda una estrella dentro de su catálogo. La firma ginebrina siempre se ha caracterizado por su atención a las tendencias del mercado y la rapidez para responder a la demanda. Así surgió en 2020 el renacimiento de la colección Highlife, lanzada por primera vez en 1999 y recuperada, después de una profundísima puesta al día estética.
Fue su respuesta al creciente boom de los relojes deportivos de brazalete integrado. Como era de esperar, la nueva colección Highlife fue un éxito inmediato y en este poco tiempo que ha pasado desde su lanzamiento ya se ha convertido en uno de los pilares principales del catálogo de Frederique Constant. La línea Highlife no ha parado de evolucionar y transformarse desde su vuelta al mercado. En 2022 salió el modelo cronógrafo. El lanzamiento trajo por entonces tres versiones diferentes, una de ellas limitada, con la carátula de tipo panda (con los contadores en contraste). La buena aceptación de esta última referencia ha llevado a la firma a renovar por completo la línea cronógrafo del Highlife, con apenas dos años de presencia.
Cronógrafo elegante y versátil
Desaparecidas las primeras versiones de esfera lisa, el Highlife Cronograph Automatic está ahora mismo disponible con cuatro referencias, incluyendo las dos presentadas este mismo verano, todas ellas en formato panda. Las dos son muy diferentes entre sí, aunque responden al concepto de cronógrafo elegante y versátil que dio pie a su creación. La primera es el primer Highlife Cronograph Automatic en acabado dorado. Frederique Constant siempre ha primado ofrecer sus relojes al mejor precio posible según su estrategia de alta relojería accesible.
Esta decisión le ha llevado a ser una de las pocas firmas del mercado en comercializar reloj de acero con recubrimientos PVD de oro rosa. Es la solución ofrecida en el nuevo Highlife Cronograph Automatic y la cual les permite comercializar a un precio más que ventajoso. Esta versión con caja de PVD de oro rosa se acompaña de una carátula azul marino, con pulsera a juego de piel de becerro con dibujo de cocodrilo. Es una combinación que hemos visto bastante en la última temporada y que nos demuestra el buen ojo de Frederique Constant para descubrir los últimos movimientos del mercado.
La segunda versión es también especial al estar limitada a 1,888 piezas. Aquí volvemos a encontrar una carátula de tipo panda, solo que esta vez en acabado verde. La popularización de este color en las últimas temporadas nos permite disfrutar de su originalidad sin caer en la extravagancia. Es un reloj sin duda bonito. Realizado en acero, la referencia limitada (con numeración individual en el marco del fondo de cristal de zafiro) se entrega con la correa de piel de becerro y dos complementarias: una correa de caucho verde y un brazalete de acero con cierre desplegable.
Sin novedad en el apartado técnico, ambas referencias equipan el conocido movimiento FC-391, adaptación del conocido Valjoux 7750 realizada por La Joux-Perret (ambas compañías pertenecen al grupo japonés Citizen) y mejorada con una reserva de marcha más larga.
FICHA TÉCNICA
Frederique Constant Highlife Chronograph Automatic