La casa Piaget vuelve a mostrar su proverbial habilidad para mezclar relojería y joyería. Lo hace además en una edición muy especial, de solo ocho piezas, de uno de sus relojes más conocidos. Hablamos del Altiplano Skeleton, icono de la manufactura suiza y famoso entre los aficionados por ser uno de los relojes más delgados del mercado.
Si en los últimos años Piaget ha apostado por reforzar su dominio de los ultraplanos por medio del Altiplano Ultimate, aquí volvemos a un modelo ya veterano en el que la tecnología cede protagonismo al acabado. ¡Y menudo acabado! El nombre completo del modelo (Altiplano Skeleton High Jewellery Métiers d’Art) nos da una buena idea de lo que vamos a encontrar en el reloj: un mecanismo engastado con diamantes, acompañado de un esmalte grand feu. Vayamos ahora a los detalles del reloj.
Precioso en su interior
El Altiplano Skeleton equipa el calibre 1201D1. La nomenclatura puede que resulte un tanto extraña para los aficionados de Piaget. En realidad, hablamos del conocido calibre 1200D, solo que la manufactura ha mejorado recientemente el rendimiento del mecanismo acorde con las exigencias actuales del mercado. En cualquier caso, las características son muy parecidas a las de la versión ya conocida. La altura del movimiento es de apenas 2.40 milímetros e incluye un sistema de carga mediante micro rotor cuya masa oscilante se convierte en parte del atractivo visual del reloj.
En este caso, el movimiento se ha engastado en el frontal con diferentes diamantes y zafiros hasta completar toda la superficie visible. Hay que tener en cuenta que, dadas las ajustadas medidas que siempre manejamos en un movimiento ultraplano, este engaste supone un trabajo de gran complejidad, solo al alcance de las manos más expertas.
Diamantes en el exterior
La presencia de piedras preciosas no se limita al mecanismo. La caja de oro blanco también incluye un engaste de diamantes tanto en el bisel como en las asas y fondo de la caja. Las tallas brillante y baguette van alternándose según la posición que ocupa la piedra en la caja.
Si bien el Altiplano Skeleton se ha venido presentando hasta ahora con un diámetro de caja de 38 milímetros, esta versión High Jewellery Métiers d’Art se amplía hasta los 40 milímetros. Un cambio que solo percibiremos si ponemos las dos versiones una junto a la otra.
La mano maestra de Anita Porchet
La faceta más interesante del Piaget Altiplano Skeleton High Jewellery Métiers d’Art es el modo en el que aglutina la joyería con la artesanía tradicional. De hecho, podemos definirlo como un semiesqueleto ya que del movimiento vemos únicamente la mitad. El resto del mecanismo está cubierto por un esmalte grand feu realizado con la técnica del cloisonné de la mano de la gran Anita Porchet.
El cloisonné es un esmalte donde la reproducción del motivo se realiza mediante unos finísimos hilos de oro cuyos huecos son posteriormente rellenados con pasta translúcida. Es una técnica muy similar a la usada en las vidrieras de las antiguas catedrales católicas. Y la comparación es muy pertinente porque, al igual que en las vidrieras, la luz juega un papel fundamental en el esmalte realizado por Anita Porchet.
También es muy interesante observar cómo el esmalte se extiende al bisel del reloj y se fusiona de manera natural con las piedras engastadas. Este juego de naturalezas diferentes es, sin duda, el que define la personalidad del reloj.
Pieza de gran belleza y enorme complejidad artística, el Piaget Altiplano Skeleton High Jewellery Métiers d’Art se presenta en una exclusiva edición de ocho piezas para todo el mundo. El número no está elegido al azar. Como ya sabemos, el ocho es el número de la suerte en China y Extremo Oriente; un mercado donde Piaget ha visto en los últimos años su prestigio revalorizado gracias precisamente a piezas como esta, capaces de mezclar ingeniería relojera con técnicas artísticas.