Atracción lunática

Fase lunar convertida en complicación fetiche. Toda la belleza del astro nocturno en una nueva pieza disponible con carátula de meteorito

Todos los animales sentimos una irreprimible atracción por la Luna. También los aficionados a la relojería. La indicación de fases lunares es una de las más antiguas que existen en la industria y hoy en día disfruta de un gran éxito gracias a su demanda por parte del mercado femenino. Arnold & Son está entre las firmas que más han apostado por esta complicación como seña de identidad de sus relojes. Ha sido un proceso constante que tuvo su primer hito en 2013 con la presentación del Perpetual Moon, con una de las fases lunares más grandes de la industria, y que alcanzó su cénit recientemente con el Luna Magna. En este caso, el tamaño de la indicación se mantiene como uno de los atractivos del modelo, aunque este caso eleva su dificultad al pasar al elemento tridimensional y convertirse en una espectacular esfera. 

La primera versión del Luna Magna fue presentada con caja de oro. Más tarde llegó la referencia en platino, metal que repite en esta espectacular modalidad con carátula de meteorito. Sin duda es el material más adecuado dado su origen extraterrestre y la originalidad estética que aporta al reloj. El meteorito elegido pertenece a la clase de las octaedritas, reconocibles por su superficie estructural, remarcada para la ocasión por un recubrimiento PVD color arena.

Arnold & Son no es la primera firma que usa meteorito en la realización de una de sus carátulas. Lo que sí es novedad, y bastante llamativa, es que también esté realizada en meteorito la mitad de la esfera indicadora de las fases lunares; todo un prodigio técnico si tenemos en cuenta que esta pieza tiene un diámetro de nada menos que 12 milímetros. 

La otra mitad de la esfera lunar está elaborada con ópalo Cacholong. Es el mismo material empleado en la elaboración de la carátula horaria. Tanto la semiesfera lunar como el contador horario han recibido un tratamiento de Super-luminova para que sean visibles en la oscuridad. El resultado es deslumbrante. El Luna Magna tiene un diámetro de 44 milímetros. Su grosor es de 15.90 milímetros, cristal incluido. En otros relojes podríamos considerarla una altura generosa. No ocurre lo mismo en el Luna Magna si tenemos en cuenta las grandes proporciones de la esfera lunar de 12 milímetros. Y la indicación tiene una desviación de apenas un día por cada ciclo de 122 años.

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