En su incesante búsqueda de la precisión, los ingenieros y relojeros de Jaeger-LeCoultre han creado una nueva complicación que reproduce los ciclos reales de la Tierra, el Sol y la Luna con mayor fidelidad que nunca. Bautizado como Telurium en homenaje a aquellos relojes del siglo XVIII que representaban eventos celestes utilizando los valores de los ciclos lunar, solar y sideral, este extraordinario mecanismo ha sido desarrollado dentro de un Atmos, el único reloj perpetuo que funciona con cambios infinitesimales de la temperatura atmosférica.
El magnífico Atmos Tellurium, el más complejo jamás creado desde el lanzamiento de la línea en 1928, está impulsado por el nuevo calibre de manufactura 590. Además de incorporar un telurio que reproduce con precisión la rotación de la Tierra sobre su propio eje, y las órbitas de la Luna alrededor de la Tierra y de esta alrededor del Sol, indica los meses y estaciones con un calendario zodiacal.
Y lo hace bajo una apariencia magistral. La esfera del reloj está definida por un anillo periférico marcado con los nombres de las estaciones y los meses del calendario mediante un disco de cristal de zafiro azul translúcido grabado con láser con los signos del zodiaco. En el centro de la esfera, el Sol está representado por rayos de metal dorado pulido.
Círculo de meteorito
Cerca del anillo periférico, un círculo de meteorito enmarca un disco de zafiro transparente en el que se encuentran engastadas la Tierra y la Luna, y cuyo módulo indica la estación y los signos del zodíaco. La Tierra gira sobre su eje en 24 horas, proporcionando una indicación de día y noche a medida que gira. Al mismo tiempo, la Luna orbita la Tierra en un mes sinódico, cuya duración es de 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2 segundos. Una maravilla mecánica de Jaeger-LeCoultre.
Los relojeros han conseguido establecer un ciclo de 365.2466 días, tan próximo al valor de referencia de 365.2425 días del calendario gregoriano que varía solo un día cada 390 años. Por este motivo no será necesario ajustarlo hasta 2412. El único otro ajuste que necesita el reloj es el cambio estacional del horario de verano al horario estándar. Visible desde todos los ángulos, todo el mecanismo parece flotar dentro de su gabinete cilíndrico de cristal. Por su parte, el movimiento se fija a la base por una campana de cristal prácticamente invisible debajo de la cual el volante anular oscila en un baile fascinante. Sus medidas son 215 mm de ancho x 237.86 mm de altura.
Decoración artesanal sublime
Los artesanos del taller Métiers Rares se han empleado a fondo. La pintura en miniatura aporta detalles y profundidad a la Tierra esférica. El grabado láser evoca la superficie de la Luna. La laca aporta un rico brillo al anillo de la esfera principal y el meteorito está incrustado en el anillo Tierra-Luna. El gabinete de cristal ha sido pintado a mano con una representación de las constelaciones y la base del reloj presenta una decoración azul.