El pasado domingo, Lewis Hamilton obtuvo una victoria distinta a las que está acostumbrado: luego de 10 años de suspensión, el Grand Prix de Francia regresó a la Fórmula 1 como pista oficial de competición. Recordemos que en 2008, tras la queja de varios equipos por la ruta, así como diversos problemas económicos, lo que había sido un circuito legendario, vio apagada su estrella por una década. Pero para beneplácito de los fieles a la velocidad, hoy los motores vuelven a rugir sobre territorio galo.
Una de las firmas que se ha unido al festejado regreso del Grand Prix francés es Bell & Ross, quien como buena adicta a la velocidad, es socia oficial de la escudería Renault. Para celebrar, la casa lanza el nuevo BR V2-94 R.S.18, pieza que garantiza una experiencia totalmente distinta a otros relojes racing, pues coloca a su poseedor en el papel de un piloto profesional.
El modelo cuenta con todos los elementos necesarios para que cualquier corredor de F1 pueda desempeñarse al máximo. Por ejemplo, su caja tiene un diámetro de 41 mm en acero con acabados satinados, carátula de fibra de carbono y marcas en color amarillo y negro, un guiño a los colores del Renault Sport Formula One Team, cuyos creativos también colaboraron con los de Bell & Ross para darle mayor precisión y legibilidad al reloj.
Al frente cuenta con dos contadores: uno rojo para la función cronógrafo de 30 minutos (complicación vital para la medición de lapsos de tiempo determinados) y otro gris para los pequeños segundos. Además, el bisel posee escala taquimétrica, que permite calcular el rendimiento de los bólidos sobre la pista.
Se encuentra en dos versiones: una con correa de piel de becerro micro-perforada y pespunte amarillo, mientras la otra es un brazalete de acero pulido con acabado satinado. Ambas comparten: fondo de caja totalmente negro, movimiento automático y resistencia al agua de 100 m.