La historia de Cartier está ligada al logro de grandes proezas y a personajes históricos destacables. Es el caso del encuentro ente Louis Cartier y el piloto Alberto Santos-Dumont a principios del siglo XX. El segundo hizo una petición inusual al joyero francés. Necesitaba un reloj que se pudiera colocar en la muñeca para poder consultar la hora sin quitar las manos de los mandos del avión. Así nació en 1904 la leyenda del reloj Santos, exponente de progreso técnico y con un ADN tan icónico que el modelo ha seguido evolucionando década a década. En todos estos años, los especialistas de Cartier han buscado perfeccionar el emblemático guardatiempo, adaptándolo a los tiempos modernos pero siempre manteniendo intactos los códigos estéticos del reloj.
También el calibre automático 1847 MC va aún más lejos en su búsqueda de rendimiento y comodidad. El uso de componentes antimagnéticos de níquel-fósforo para el mecanismo de escape y del movimiento, así como un escudo realizado con una aleación antimagnética integrado en la caja, permiten al calibre 1847 MC resistir efectivamente a los poderosos campos magnéticos a los que puede verse sometido un reloj en la vida diaria. También es sumergible 100 metros.