Es la exposición del año (y te decimos por qué tienes que verla)

Esta impactante serpiente es una de las piezas de Cartier que estará en el Museo Jumex del 15 de marzo al 14 mayo. Pero hay otras muchas razones para ver la muestra más esperada.

Cartier no es solo una firma de lujo, es historia viva del siglo XX y XXI. Sus diseños más icónicos nacieron en momentos claves de la historia, testigos de revoluciones culturales, políticas y artísticas que transformaron la forma en que se vivía entonces. Ahora la exposición El diseño de Cartier. Un legado vivo trae a México el estilo más reconocido del lujo, respaldado por una herencia y un legado que ha sido muchas veces aclamado y seguido por personalidades extraordinarias. Esta vez la cita es el Museo Jumex del 15 de marzo al 14 de mayo y reunirá 160 piezas de la colección privada de Cartier. Un recorrido por cinco escenarios que revelarán algún que otro secreto de la maison.


María Félix fotografiada por Ignacio Castillo, usando su collar “Serpiente”, un encargo especial que hizo en 1968 a Cartier.
Es de platino, oro blanco, oro amarillo, diamantes, esmeraldas (ojos) y esmalte. Mide 57 cm.

Andy Warhol decía que no llevaba su reloj Cartier para mirar la hora, “sino porque es el reloj que se debe usar”. Una declaración que coronó al objeto como referente de culto del momento. Otros han seguido alimentando la idolatría por la firma: Truman Capote, Muhammad Ali, Kanye West, Alberto Santos-Dumont, Barbara Hutton, Wallis Simpson, María Félix y muchos más personajes de la cultura y el espectáculo han sido los embajadores de la firma en el mundo.

En 1999 la colección Cartier estuvo en el Palacio de Bellas Artes. Y María Félix fue invitada de honor en esa ocasión. “Me gustan las joyas grandes, me gustan las piezas voluminosas y rápidamente me di cuenta de que Cartier podía hacerlas como nadie más y, lo que es más importante, ¡sabía cómo hacerlas elegantes!”, dijo en esa ocasión.

Ahora, la colección Cartier regresa a otro museo icónico, el Museo Jumex, con el diseño museográfico de la arquitecta Frida Escobedo y la curaduría de Ana Elena Mallet, especialista en diseño mexicano moderno y contemporáneo. La muestra es un recorrido por la historia de la maison y sus piezas icónicas que han sobrevivido al paso del tiempo gracias a su lenguaje distintivo, su estilo propio y su extraordinario proceso de diseño. Un recorrido extraordinario con objetos desde 1850 al siglo XXI.

Esta exposición propone una visita en torno a cinco temas: Los primeros años y el nacimiento de un estilo, Curiosidad universal, El gusto de Jeanne Toussaint, Medir el tiempo y portar la belleza, María Félix y los íconos de la elegancia. En total 160 piezas que vertebran la historia de la firma francesa y que ayudan a entender el desarrollo de un lenguaje y un estilo únicos, su savoir-faire y su evolución.

Jeanne Toussaint.
La pantera de Toussaint

Jeanne Toussaint fue la primera directora creativa de alta joyería de Cartier y estuvo en el cargo de 1933 hasta 1970. Una época en la que las mujeres estaban relegadas en la sociedad. Una dama avant garde, libre y moderna, una rara avis en la sociedad del momento. En 1948 estuvo personalmente involucrada en la creación por encargo del duque de Windsor de un broche con una pantera sobre una esmeralda para Wallis Simpson. La pieza dio lugar a una nueva colección, Panthère, y se convirtió en uno de los símbolos de la casa. Aunque la casa ha realizado impactantes joyas con insectos y aves, la pantera es, sin duda, el animal que más la representa.

Broche Pantera. Cartier París, pedido especial del duque de Windsor para Wallis Simpson, 1973. Platino, oro blanco, diamantes, esmeraldas (ojos) y onyx (nariz y manchas).

Durante esta época, Toussaint se inspiró en las culturas del mundo, sobre todo en Asia, India, Oriente Medio y Antiguo Egipto. Sobresale el estilo guirnalda y la legendaria pantera y las innovaciones técnicas con el platino.

La extravagante María Félix

Las piezas pedidas por la excéntrica diva mexicana María Félix, amante de todo lo reptiliano, destacan por su tamaño y la complejidad de su diseño. Un collar de serpiente hecho por encargo en 1968 usó 2,473 diamantes brillantes talla baguette, con un peso de poco más de 178 quilates. También impactante es el collar Cocodrilos. Un encargo especial de La Doña en 1975. Una espectacular pieza de oro, diamantes, esmeraldas, rubíes.

Otra pieza relevante es una que perteneció a Wallis Simpson, la duquesa de Windsor, un broche de flamenco imponente y colorido hecho en 1940, realizado en colaboración con Toussaint.

Diseñado como un flamenco con patas articuladas, su plumaje está engastado con esmeraldas, rubíes y zafiros, su pico esun cabujón de citrino y zafiro, el ojo un zafiro, la cabeza, el cuello, el cuerpo y las patas de pavé con diamantes. El broche fue encargado por el duque de Windsor, el ex rey británico Eduardo VIII, quien abdicó para casarse con Wallis, una estadounidense divorciada. Cartier recompró la pieza en Sotheby’s por alrededor de $2.68 millones del momento.

Relojes misteriosos

Los relojes misteriosos fueron inventados por el mago francés del siglo XIX Jean-Eugène Robert-Houdin, uno de los grandes ilusionistas de la época. Su particularidad es que las manecillas del reloj parecen flotar y girar en una esfera transparente, desconectada de cualquier mecanismo. Luego fue el relojero Maurice Couët, que trabajó para Cartier, quien evolucionó los relojes misteriosos y los convirtió en objetos fascinantes. Pues bien, uno de esos relojes que podremos ver en el Museo Jumex es el que perteneció a José Yves Limantour, secretario de Hacienda con Porfirio Díaz. Estos objetos combinan el talento del joyero y relojero para crear una obra de arte.

Perteneció a José Yves Limantour. Es de oro, platino, citrino, ónix, diamantes y esmalte. Es de 1921.

Otro reloj misterioso relevante perteneció a Barbara Hutton (1912-1979) y también estará en la muestra. Ella era la nieta del fundador de la cadena minorista Woolworth y una de las mujeres más ricas del mundo. El 23 de junio de 1933 se casó con el príncipe ruso Alexis Mdivani, el primero de sus siete maridos. Para su boda, llevó un extraordinario collar de perlas y una tiara de carey tachonada de diamantes, ambos hechos por Cartier. Después de su divorcio, se casó con el conde Heinrich Reventlow (1935–38), Cary Grant (1942–45), el príncipe Igor Troubetskoy (1947–51), Porfirio Rubirosa (1953– 54), el barón von Cramm (1955–59) y Príncipe Doan (1964- 1966). Entusiasta de las joyas magníficas, se convirtió en una de las clientas más fieles de la firma.

Reloj misterioso de Barbara Hutton. 1967. Oro, platino, cristal de roca, lapislázuli y diamantes.
La importancia de Santos-Dumont

La historia de Cartier está ligada al logro de grandes proezas y a personajes históricos destacables. Es el caso del encuentro ente Louis Cartier y el piloto Alberto Santos-Dumont a principios del siglo XX. El segundo hizo una petición inusual al joyero francés. Necesitaba un reloj que se pudiera colocar en la muñeca para poder consultar la hora sin quitar las manos de los mandos del avión. Así nació en 1904 la leyenda del reloj Santos, exponente de progreso técnico. También con un ADN tan icónico que el modelo ha seguido evolucionando década a década. En todos estos años, el guardatiempo se ha adaptado a los tiempos modernos pero siempre manteniendo intactos los códigos estéticos del reloj.

De esta manera, la forma cuadrada evoca la arquitectura parisina de la época y su tendencia a la pureza y la simetría, como una metáfora de las cuatro aristas vivas de la Torre Eiffel. Una forma transgresora que rompió en su época con la redondez típica de los guardatiempos de bolsillo. También destacan los ocho tornillos del bisel, reflejo en de una arquitectura urbana en pleno auge que introduce la mecánica y el acero las estructuras monumentales. Con ellos, Cartier se atreve a mostrar lo que hasta entonces permanecía oculto.

Guardián de su tesoro

La muestra que se presentará en el Museo Jumex es resultado de la labor que Cartier comenzó hace medio siglo. Justo cuando la casa joyera se embarcó en la misión de recuperar piezas icónicas de su firma. Así, en 1983, nació la Colección Cartier, depositaria del “legado cultural y su rica historia”. Hasta el día de hoy continúa creciendo y cuenta con más de 3,000 mil piezas. De hecho, en los últimos años, la colección ha visitado museos como el Centro Nacional de Arte de Tokio, el Grand Palais de París, el Design Museum de Londres, y el Dallas Museum of Art.

Los visitantes podrán ver piezas desde la década de 1850 hasta el siglo XXI. Muchas de ellas, joyas realizadas en exclusiva para la realeza, la alta sociedad y celebridades como María Félix y Barbara Hutton. Además, habrá un programa público y educativo relacionado con El diseño de Cartier: Un legado vivo, además de un catálogo editado por la Fundación Jumex y Rizzoli.

Tiara de platino, diamantes y configuración de miligranos. Perteneció a Mary Scott Townsend. De 1905.
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