La ‘llave’ abre la puerta a una nueva declinación en versión esqueletada. Línea, volumen y el sólido calibre 9621 MC con unos estilizados puentes a modo de índices en números romanos. Este Clé de Cartier Automatic Skeleton incorpora el calibre que Cartier ya desarrolló como movimiento esqueletado en el Santos-Dumont Skeleton.
La nueva pieza cuenta con caja de paladio, como la versión de Horas Misteriosas, un material que comienza a afianzarse en el catálogo de la marca parisina. Ahora el calibre se adapta a la forma ligeramente oval de la caja de 41 mm con una carátula completamente redonda. Cuenta con 165 componentes y oscila a 28,800 alt/h. Reserva de marcha de 48 horas y hermeticidad a 30 metros.
El Horas Misteriosas fue la primera complicación desarrollada sobre el Clé. Fue presentado en la última edición del Watches & Wonders de Hong Kong. Cartier aprovecha los desarrollos previos de estos últimos años bajo la intución de Carole Forestier y todo su equipo. La firma francesa venía predicando todo el año esta nueva fe en una pieza que cierra el círculo perfecto del diseño entre su colección de relojería. El Clé se cumple como augurio certero.
Tras la presentación hace un año del Clé en el SIHH de Ginebra, la colección se afianza con estas dos nuevas piezas que veremos en SIHH 2016 por primera vez de forma conjunta. Asistimos al proceso incipiente de convertir una pieza en un clásico intemporal. La perfecta conjunción de funcionalidad y estética hace de Cartier una firma tocada por la virtud de la gracia, donde la inspiración no parece distanciarse del conocimiento para resolverse en el gusto más exquisito, sencillo y persuasivo.