Sí es momento de enarbolar símbolos nacionales para superar enemigos inesperados juntos como sociedad. La Victoria Alada en bronce, tras graves daños, superó el terremoto de 1957 y su configuración quedó tal como es reconocida actualmente. Llamado el Ángel, también venció al trágico seísmo de 1985 y el temblor de 1997. Y superará igualmente la pandemia que sacude a México y el mundo. Frédérique Constant celebra los 210 años del Monumento a la Independencia con una nueva edición especial.
La carátula y el fondo de este nuevo Classics Index de Frédérique Constant presentan al emblemático El Ángel de la Independencia, el monumento más representativo de la historia del México, el acontecimiento que cambió los designios del país. El nuevo reloj, de edición limitada a 210 piezas, se presenta en caja de acero de 40 mm de diámetro y chapada en oro rosa con acabado pulido. La carátula tiene índices también chapados en oro rosa y el cristal es de zafiro convexo —hermeticidad a 50 metros—. Una pieza de diseño clásico con correa de piel cuyo movimiento automático garantiza 38 horas de reserva de marcha.
El emblemático monumento se inauguró en el Paseo de la Reforma en 1910, pero se empezó a construir el 2 de enero de 1902. Dentro de él, Porfirio Díaz colocó un cofre dorado con el acta de independencia y unas monedas. Antonio Rivas Mercado fue el arquitecto encargado del proyecto en colaboración con el escultor italiano Enrique Alciati. La Victoria Alada sostiene en la mano derecha una corona de laurel que planea colocar sobre la cabeza de los héroes, mientras con la mano izquierda sujeta una cadena rota que simboliza los tres siglos del virreinato y la dependencia política de España. En 1925 el mausoleo situado en la base del monumento recibió los restos de varios héroes de la Independencia, entre ellos: Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos, Vicente Guerrero, Francisco Javier Mina, Nicolás Bravo, Ignacio Allende, entre otros.