Aunque las piedras preciosas tienen cabida, los relojes femeninos son mucho más. Deben reflejar la individualidad de cada dama, apelando a su curiosidad y provocando emoción. Inteligencia, alma… y un corazón palpitante.
Así es el Millenary que mezcla la mecánica con el preciosismo del ópalo y los metales preciosos. Son tres modelos que reflejan la personalidad del reloj. El ópalo blanco aparece por primera vez en esta colección, enmarcado por el deslumbrante acabado Frosted Gold. Los brazaletes de oro bellamente elaborados con este tipo de bruñido confieren un toque vintage a esta línea femenina única, que combina técnica artesanal y estética seductora.
Para muchas culturas, el ópalo es un amuleto de la suerte. También es una piedra frágil, excepcionalmente desafiante para trabajar. Los ópalos cortados y pulidos utilizados en el nuevo modelo Millenary se eligen con sumo cuidado. Solo las piedras blancas más preciosas son seleccionadas por su viva iridiscencia. Cada uno es único, con su propio fuego: compuesto esencialmente de sílice y agua, las esferas de sílice de ópalo están dispuestas en estructuras compactas que diseccionan la luz, transformándola según el ángulo de observación.
La esfera de ópalo blanco está enmarcada por la caja de oro rosa de 18 quilates con acabado Frosted Gold en los laterales de la caja, el bisel, el bisel interior y las asas. El efecto de su decoración se destaca por un brazalete de malla bruñida de oro rosa.
Se lanzan dos nuevos modelos Millenary en oro blanco y oro rosa con esferas de madreperla con bisel y asas engastadas con diamantes. La característica innovadora: brazaletes de oro bruñidos a juego para aportar una malla flexible que se adapta cómodamente a la muñeca, como una segunda piel.
Los brazaletes de malla milanesa y bruñidos están hechos de largos hilos de oro que se entrelazan para obtener una estructura de cota de malla que se puede aserrar, soldar y ensamblar a mano. La diferencia entre los dos tipos de brazalete radica en la forma en que se enrollan los hilos.
En la malla milanesa, los hilos están dispuestos en la misma dirección, lo que resulta en una construcción más simple. El brazalete bruñido es más complejo, ya que los hilos están dispuestos en direcciones alternas, ofreciendo un acabado más rico y suave.