Al futurista Kevin Kelly le preocupaba que la humanidad solo imaginara dos futuros posibles. El utópico, donde todos los problemas estarían resueltos y el distópico con su eterna sensación de Apocalipsis. Acuñó entonces un término (en los 90, pero que está más vigente que nunca): protopía, un futuro en el que las mejoras son pequeñas y constantes. Un concepto que busca que la vida sea, cada día, un poco mejor que en el día anterior. Y es en esto en lo que nos hace pensar TAG Heuer con el Aquaracer Professional 200. Un reloj que proviene de una familia histórica de la marca cuyos registros datan de 1978, pero que adquirió su nombre en 2004.
Los Aquaracer tienen códigos que no cambian. Cuentan con bisel giratorio unidireccional, corona a rosca, alta resistencia al agua (mínimo 200 metros), índices luminosos, cristal de zafiro y doble cierre de seguridad. Todo esto lo vimos mejorado en el Aquaracer Professional 300 que se presentó el año pasado como una renovación. Pero que ahora el TAG Heuer Aquaracer Professional 200 ha superado.
Todo sobre el TAG Heuer Aquaracer Professional 200
Para Frédéric Arnault, CEO de TAG Heuer, el nuevo Aquaracer Professional 200 es “un compañero ideal para una vida frenética y memorable, llena de aventuras, una vida superando los límites”. Noten que habla de una vida frenética. Escalar una montaña, bucear en un cenote, atravesar un desierto y, luego, una vez superado el límite, ir por un trago al bar más hip de la zona, probar el menú del chef de moda o ir por unos tacos al puesto de la esquina. Placer al máximo en cualquier lugar. Y también fuerza y resistencia, porque este reloj no es solo un ornamento. Para Guy Bove, director creativo de TAG Heuer, es importante que al mirar el TAG Heuer Aquaracer Professional 200 podamos ver su intención. Esta fue darnos un reloj de uso diario que; sin embargo, conserva su aspecto de reloj herramienta. En sus palabras, algo que “los amantes de TAG Heuer esperaban de los íconos del pasado como la Ref. 844 y los modelos de las colecciones 1000 y 2000”.
El reloj para aventureros
En comparación con el Aquaracer Professional 300, el TAG Heuer Aquaracer Professional 200 es más compacto (cambia de 43 a 40 mm y hay una versión de 30 mm) y sutil. Por ejemplo, la escala de buceo aquí aparece grabada en una inserción de acero y el punto central de sujeción de la correa es pulido, no cepillado. Además, los marcadores horarios son trapezoidales con bordes rectos y las manecillas en forma de espada con detalles blanco contribuyen a darle más elegancia. La carátula también tiene mejoras en su legibilidad. A decir de Guy Bove, parte de que veamos distinto a este reloj tiene que ver con que el ojo humano interpreta mejor las formas con acabados mate. Debido a eso crearon contrastes entre acabados verticales cepillados y pulidos. Así, “escapan en buena medida de la visión y generan la impresión de un perfil más fino”.
En cuanto a su espíritu, para mostrarnos cuán intrépido puede ser un usuario del Aquaracer Professional 200, TAG Heuer repite colaboración con el cineasta Thierry Donard, quien realizó la serie sobre deportes extremos Nuit de la Glisse. Bajo su óptica, podremos ver al Aquaracer Professional 200 en su estado natural: deportes de vuelo a alta velocidad, esquí y escalada en hielo y otras proezas realizadas por atletas en los rincones más salvajes del planeta.
FICHA TÉCNICA
TAG Heuer Aquaracer Professional 200