Texto: Israel Pompa-Alcalá
En la relojería resulta común (aunque parezca irónico) que las marcas creen piezas especiales o edición limitada, sea para celebrar algún aniversario, el debut de un guardatiempo icónico o simplemente para demostrar su destreza en la mecánica o la estética.
Y aunque la mayoría de estos relojes resultan de antología, varios van a palidecer ante lo conseguido hoy por Omega: revivir un movimiento cronógrafo de 1913, corazón del nuevo First Omega Wrist-Chronograph Limited Edition.
Así como lo lees: no se trata de una reedición ni una réplica vintage (tan de moda actualmente), sino un cronógrafo original de inicios del siglo XX, el cual se mantuvo resguardado en las instalaciones de Omega durante todo este tiempo (105 años para ser exactos).
Como puedes imaginar, el trabajo de restauración resultó bastante complejo. Primero, los componentes recibieron un tratamiento de modernización para funcionar a la perfección con las exigencias actuales. La tarea requirió trabajo manual y de tecnología de punta, así como la adición de joyas modernas en el cronógrafo para garantizar precisión.
En cuanto a la parte visual del primer cronógrafo de muñeca de Omega, no podemos más que reconocer la belleza sutil de cada uno de los detalles: la caja redonda de oro blanco de 18 quilates es idéntica al modelo original, mismo caso de la corona, que resalta con su tono oro rosa Sedna y gran tamaño.
La carátula blanca con esmaltado grand feu presume grandes índices de estilo vintage muy atractivos para los amantes de lo original. Los contadores a las 3 y a las 6 h, las agujas de horas y minutos en color azul, su fondo de la caja con tapa movible para observar el movimiento en todo su esplendor y correa de cuero remachado con tres orificios, son pequeños detalles que hacen una gran diferencia. En resumen: un reloj de corazón centenario y rostro fresco.
¿Por qué consideramos a este reloj un deseo para los coleccionistas? Puede resultar aventurado decirlo, pero suena casi imposible que tantos elementos particulares (históricos, mecánicos y artísticos) vuelvan a coincidir para construir un reloj tan bello como interesante y lujoso, que además es presentado en un maletín que incluye dos correas extra (en dorado y rojo). Un clásico instantáneo.