Laurent Ferrier cambia y nunca cambia. Y hablo del maestro relojero —la auténtica marca es él—. “Creativamente clásico”, dice su eslogan más reconocido. Y, así, como mago de la chistera, saca un reloj sin que nadie lo espere. Grand Sport Tourbillon, nuevo producto bajo el elevado decálogo de la pureza de Ginebra. Es una pieza que nace en el punto medio de dos antecedentes excepcionales. Este nuevo Grand Sport Tourbillon emerge entre el Galet Classic (Best Men´s Watch en el Grand Prix d’Horlogerie de Genève 2010) y el Galet Square (Horological Revelation Prize en GPHG 2015). Equilibrio perfecto.
La elegancia connatural de la firma viste ahora el color azul opalino con efecto degradado desde el centro hasta el negro de la parte periférica. Agujas centrales de horas y minutos y un pequeño segundero a las 6 horas. Una disposición sencilla que aporta perfecta legibilidad. El fondo transparente de zafiro sí exhibe el tourbillon, así como la decoración del calibre con los puentes horizontales satinados con tratamiento de rutenio. La parte posterior de la caja de zafiro está asegurada con pernos similares a los utilizados en el automovilismo. El movimiento presenta un sistema de trinquete que asegura la carga manual. El sentido el tacto al que apela Laurent Ferrier de la misma forma que manejaba su Porsche 935T. Y el sentido del tiempo a través de las yemas de los dedos. Grand Sport Tourbillon es una edición numerada de 12 piezas.