Favre-Leuba, el regreso de un mito

La histórica firma relojera, una de las más antiguas de Suiza, vuelve al primer plano del sector con un equipo comandado por Patrik Hoffmann y un ambicioso proyecto de expansión.

La reciente edición de Geneva Watch Days nos ha traído una noticia de lo más sorprendente. Se trata de la vuelta de Favre-Leuba, nombre mítico donde los haya, cuya trayectoria en las últimas décadas es un fiel reflejo de la turbulenta trayectoria de la industria relojera suiza en las últimas décadas. Podemos decir que esta es la tercera “resurrección” de Favre-Leuba. ¿Será la definitiva? A su favor cuenta con un experimentado equipo dentro del negocio relojero comandado por Patrik Hoffmann. El que fuera CEO de Ulysse Nardin ha establecido un ambicioso plan de desarrollo que contempla el lanzamiento de nada menos que 22 referencias en su puesta de largo y la idea de alcanzar una producción de varios miles de relojes en el plazo de tres años.

Un nombre legendario

¿Qué es lo que hace tan atractivo a Favre-Leuba? Sin duda, el nombre, Hablamos de una firma creada en el siglo XVIII y que disfrutó de un enorme reconocimiento desde sus orígenes. Su fundador fue Abraham Favre, natural de La Chaux-de-Fonds, quien comenzó su actividad en 1717 y quien registró su manufactura en 1737, mucho antes que otros nombres míticos de la relojería suiza. La unión de los Favre y los Leuba se produjo a comienzos del siglo XIX. Sería a lo largo del siglo XX cuando Favre-Leuba adquiriría una gran fama tanto dentro como fuera de Suiza. En la década de 1960 se especializaría en relojes deportivos, lo que ayudó a ganar popularidad en las generaciones más jóvenes. Sin embargo, dicha popularidad no evitó que la firma cayera víctima de la crisis del cuarzo y deambulara entre diferentes dueños, incluyendo el actual grupo LVMH. 

La situación de Favre-Leuba dio un vuelco en 2003 con su compra por parte del grupo francés Jacques Benedict, asociado al español Valentín, ambos gestores de diferentes firmas como Time Force y Givenchy. Especializados en el segmento más accesible del mercado, Favre-Leuba se presentaba como una ocasión única para entrar en la parte alta del negocio con un producto de gran categoría y un nombre de prestigio.

Aquel proyecto no funcionaría por culpa de la crisis financiera de 2007, de la cual no se recuperaría hasta 2011, ya de la mano de un nuevo dueño, el grupo indio Tata. Trece años más tarde, Favre-Leuba vuelve a la casilla de salida con un nuevo equipo, proyecto y futuro. 

El actual equipo de Favre-Leuba. De izquierda a derecha, Emanuel Bitton, director de ventas internacioanales; Patrik Hoffmann, CEO de la marca, y Kim Siegel, responsable del diseño.
El actual equipo de Favre-Leuba. De izquierda a derecha, Emanuel Bitton, director de ventas internacioanales; Patrik Hoffmann, CEO de la marca, y Kim Siegel, responsable del diseño.
Pasado glorioso y un presente versátil

Según Patrik Hoffmann, “hemos explorado el pasado para crear modelos inspirados en nuestro legado”. El mensaje del nuevo equipo directivo es claro y su trabajo ahora consiste en hacerlo realidad. Es muy posible que todo aficionado a los relojes que tenga más de sesenta años haya visto, leído, o incluso tenido, un Favre-Leuba en el pasado. Esa rica herencia, comparable con muy pocas firmas del mercado, se ha trasladado al presente en forma de una versátil colección de marcada estética vintage. De definir el estilo de la nueva Favre-Leuba se han encargado Antoine Tschumi y Laurent Auberson, dos experimentados diseñadores de larga trayectoria dentro del sector. 

Favre-Leuba Chief Chronograph.
Favre-Leuba Chief Chronograph.

La puesta de largo de Favre-Leuba incluye tres colecciones diferentes que otros segmentos, entre los más dinámicos del mercado en este momento: Chief (urbano de brazalete integrado), Deep Blue (relojes de buceo) y Sea Sky (relojes de aviador). 

El elegante Chief

El equipo formado por Tschumi y Auberson ha elegido el Chrono Valjoux 23 de 1970 como inspiración para esta colección. Una influencia apreciable en la forma cojín de su caja, el brazalete integrado y la forma de los índices y agujas. Hace tiempo que el considerado reloj deportivo de los años setenta se transformó en un reloj elegante y urbano en la actualidad. 

Favre-Leuba Chief Date
Favre-Leuba Chief Date

La línea Chief comprende dos familias diferentes (Chronograph y Date), con tres referencias diferentes en cada una de ellas. Las cajas son de acero de 40 y 41 milímetros de diámetro. En los dos casos equipan movimientos de La Joux-Perret con reservas de marcha de 60 horas (cronógrafo) y 68 horas (tres agujas). El rango de precios de la colección va desde 2,300 hasta 4,375 francos suizos. 

El submarino Deep Blue

Es muy probable que muchos de los aficionados que hayan oído hablar de Favre-Leuba sea por su icónico Bathy, un reloj de buceo de 1966 equipado con profundímetro mecánico, el primero del mundo en indicar de manera simultánea en metros y pies. El Bathy siempre ha sido un importante activo en la historia de Favre-Leuba e incluso llegó a conocer hace unos años una reedición con motivo de su quincuagésimo aniversario. Con estos precedentes, era normal que el nuevo equipo de Favre-Leuba apostara por este segmento del mercado. Así ha ocurrido con la línea Deep Blue, disponible en dos familias (Deep Revival y Deep Blue Renaissance) y un total de cuatro referencias.

Favre-Leuba Deep Blue Revival

El Deep Blue Revival es una versión más fidedigna del original, del cual conserva detalles tan curiosos como la posición a las 10 horas del logotipo de la firma (un reloj de arena). El Deep Blue Renaissance atiende más a los gustos del público medio del mercado que demanda un reloj vintage, pero sin ser “tan” vintage

Favre-Leuba Deep Blue Renaissance

Los diámetros rondan los 39 milímetros, las cajas tienen una hermeticidad de 300 metros y volvemos a encontrar movimientos La Joux-Perret. Los precios del Deep Blue parten de 2,300 francos suizos

El poderoso Sea Sky 

Esta primera entrega de Favre-Leuba cierra con el clásico Sea Sky, un reloj de aviador y muy marcado estilo vintage. Aquí Antoine Tschumi y Laurent Auberson han jugado sobre seguro y han propuesto un diseño canónico del reloj clásico de aviación. Los buenos acabados y el atractivo del nombre juegan a favor del Sea Sky para que sea uns opción para tener en cuenta, aunque compita en uno de los segmentos más activos del mercado. 

Sea Sky Chronograph, la propuesta de relojería aérea de Favre-Leuba.

El Sea Sky se presenta con tres referencias, diferenciables en el color de la carátula y correa de piel de becerro. La caja es de acero de 40 milímetros y monta en su interior un movimiento La Joux-Perret L112 con masa oscilante bañada en oro rosa 4N, visible a través del fondo transparente de zafiro. 

Es un reloj del cual se resalta mucho su funcionalidad. La carátula viene decorada con una doble escala de taquímetro y telémetro, sin olvidar la escala de cuenta atrás del bisel giratorio bidireccional. Su precio será de 3,950 francos suizos. 

Movimiento La Joux-Perret 112, montado por el Favre-Leuba Sea Sky Chronograph.
¿La definitiva?

Primero lo intentó un grupo español, después uno indio. Ahora es el turno de los suizos para devolver a Favre-Leuba el lugar que su historia merece. Tienen herramientas y argumentos para conseguirlo. Crucemos los dedos. 

Andrés Moreno

Decía Antonio Machado que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. Me he guiado por esta máxima durante casi veinte años que llevo escribiendo de relojes. En mi mano está hacerlo del modo más ameno posible.

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