Hay en el ‘diccionario’ relojero de Patek Philippe suficientes entradas para estar días completos repasando una a una las secuencias creativas que lo han hecho grande y singular dentro del mercado. No hay especialidad que en sus manos no adquiera una dimensión superior, y en algunas de ellas, de excepción. Ese es el caso de los cronógrafos rattrapante, donde acumula tanta experiencia que se ha convertido en uno de los relojes más deseados por los conocedores de la marca. No en vano, el primer cronógrafo de pulsera creado por la manufactura ginebrina en los años 20, llevaba añadido el mecanismo que permite medir tiempos intermedios sin necesidad de interrumpir el cronometraje.
En la historia reciente, después de presentar en sociedad el calibre cronógrafo CH 29-535 PS (2009), Patek Philippe había creado tres años después un calibre rattrapante con calendario perpetuo, que está presente en la Ref. 5204. Bien, ahora le toca el turno a una versión en la que el calendario perpetuo desaparece, y queda solo el cronógrafo con su función rattrapante. Como en los anteriores, se trata de un movimiento de cuerda manual con rueda de pilares (en este caso dos) y embrague horizontal (de ruedas). Hasta aquí, se puede hablar de evolución y de lógica, aplicada además sobre los principios tradicionales en la construcción de un cronógrafo rattrapante clásico. Sin embargo, aparecen en el escenario mecánico una serie de innovaciones que hay que analizar y que aportan una dimensión diferente a la pieza creada en Ginebra y que responde al nombre de Ref. 5370. Este rattrapante presenta para empezar dos innovaciones en esta función de medición intermedia, y tienen que ver con la palanca del movimiento. Por un lado, un nuevo aislador en ésta separa los móviles de rattrapante y cronógrafo cuando la aguja se detiene para mostrar un tiempo intermedio. La consecuencia inmediata es que se evita el rozamiento no deseado y que además esto afecte a la amplitud del volante cuando la función rattrapante se ha parado. Por otro, la palanca cuenta con un rodillo entre las dos superficies planas que permite bloquear de forma eficaz y sin saltos las agujas de cronógrafo y rattrapante cuando ambas se superponen.
En un contexto más general del cronógrafo, hay que señalar otros detalles que perfeccionan antiguos calibres e innovaciones que tendrán su correspondiente patente. Por ejemplo, las ruedas del embrague con perfiles de diente patentados mejoran en este nuevo calibre la transmisión de la energía, al tiempo que reducen el desgaste. Otro de los desarrollos tiene que ver con el ajuste de la penetración entre las ruedas. Antes se realizaba situando una rueda excéntrica al lado de la báscula del embrague; ahora, es mucho más preciso pues se coloca un gran sombrerete excéntrico en la rueda de pilares, justo en el extremo donde está la báscula.
La eficacia se demuestra también con los martillos de vuelta a cero autorregulables, que pivotan ‘entre piedras’, que han reducido las tareas de mantenimiento. A eso hay que sumarle que el bloqueador, encargado de la parada del móvil del cronógrafo, está sincronizado de forma directa con la báscula de embrague. Cierra este apartado de mejoras la leva del contador de minutos, en la que se ha llevado a cabo un dibujo calado para amortiguar el impacto que provoca la vuelta a cero cuando se bloquean de forma brusca las dos agujas.
La Ref. 5370 se incorpora a la colección de cronógrafos de dos tiempos de la manufactura, es decir que cuenta con dos pulsadores para las funciones cronográficas de puesta en marcha, parada y vuelta a cero (a las 2 y 4 horas), mientras un pulsador adicional integrado en la corona es el que permite la puesta en marcha y parada del rattrapante.
La técnica domina el interior, y la funcionalidad está por encima de otros postulados. Pero nadie dice que para crear un producto técnico sea necesario tener que renunciar al componente estético. Eso, en el caso de Patek Philippe queda fuera de discusión pues a lo largo de la historia ha demostrado y acuñado el término de belleza funcional, y esta nueva referencia, es un excelente ejemplo de ello. Legible, esencial en su información, con tratamiento luminiscente; todo ha sido diseñado para una perfecta y fácil lectura horaria, por un lado, con aguja tipo hoja y cifras tipo Breguet, y por otro, con unas agujas muy finas para la medición de los tiempos cortos. Contraste en las formas para no interferir visualmente unas y otras sobre la esfera negra realizada en esmalte y que no solo evoca a los relojes de bolsillo que se fabricaron en los primeros años de la casa, sino también a los orígenes de la familia Stern, que antes de ser propietarios de la manufactura gozaban de reconocida fama como empresa de esferas (Cadrans Stern Frères).
El resultado final es que la pieza desprende elegancia con su esmalte de intenso color negro, logrado en el horno a 850 grados centígrados y que ofrece una consistencia similar a la del vidrio. Y por supuesto, con la caja de platino que lo protege, obra de Sandrine Stern, esposa del presidente de la manufactura y directora de un departamento creativo siempre pendiente de hallar el mejor vehículo para los excepcionales calibres gestados en la casa. La caja presenta un sutil juego de líneas curvas y redondeadas, acompañadas por los pulsadores de forma ovalada y una nueva corona ‘turbante’ que integra al pulsador del rattrapante. Un último detalle, como todos los relojes de platino de la marca, un diamante Top Wesselton Pur está engastado entre las asas, a las 6 horas.
En el universo de los detalles que es la relojería, nadie puede dar lecciones a Patek Philippe. Sin perder nunca de vista el horizonte instrumental de piezas como esta Ref. 5370, su forma de entender la creatividad y el trabajo relojero seguirá sorprendiendo a todo el mundo, incluso a aquellos que creen conocer en profundidad su estilo y capacidad. De lo que no hay duda, es que con este nuevo rattrapante en su ideario relojero, por supuesto ‘bendecido’ con el Sello Patek Philippe, completa una argumento alrededor del control de los tiempos parciales y lo hace con un producto de largo recorrido y todavía más brillante porvenir.