La marca independiente Greubel Forsey ha dado una de las grandes campanadas en los días previos al Salón Internacional de la Alta Relojería (SIHH) de Ginebra, que comienza el 16 de enero, con el anuncio del lanzamiento de su primer reloj Grande Sonnerie.
Crear esta pieza, que tiene 935 componentes, les tomó 11 años de investigación y desarrollo a Robert Greubel y Stephen Forsey, según la firma.
La Gran Sonería es considerada uno de los pináculos del oficio relojero por el conocimiento técnico y los desafíos que implica su manufactura, y sólo unas cuantas casas de alta gama son capaces de producir guardatiempos con esta complicación. Entre ellas están Patek Philippe, Jaeger-LeCoultre, Audemars Piguet y F.P. Journe.
En un reloj Grande Sonnerie el mecanismo emite, en forma automática, una indicación sonora de las horas y de los cuartos de hora. En modo Petite Sonnerie da automáticamente las horas, pero no los cuartos. También tiene función de repetición de minutos, que permite hacer sonar, al accionar un botón o pulsador, las horas, los cuartos y los minutos cuando así se requiera.
En el Greubel Forsey Grande Sonnerie es posible elegir entre tres modos, visibles en la esfera a la altura de las 3 horas: Petite Sonnerie (PS), Grande Sonnerie (GS) y Silencio (SL). También tiene repetición de minutos.
Además, cuenta con un regulador de sonería silencioso y combina un mecanismo de cuerda manual para las indicaciones cronométricas que ofrece una reserva de marcha de 72 horas, con un mecanismo automático para las funciones sonoras, las cuales consumen mucha energía. Gracias a esto y a que tiene un barrilete dedicado, la reserva de marcha en modo Grande Sonnerie es de 20 horas.
La firma asegura que el movimiento incluye 11 medidas de seguridad para evitar que la sonería se dañe cuando está en funcionamiento, cuando se ajusta el tiempo o cuando el barrilete dedicado a ella se ha descargado totalmente, entre otras situaciones.
En cuanto al sonido, Greubel Forsey promete “una acústica excepcional” y un sonido “extremadamente puro”, aunque podremos opinar con argumentos una vez que lo hayamos visto y, sobre todo, escuchado en el SIHH.
En la carátula, en la posición de las 7 horas, se puede ver el sello de la casa: un tourbillon patentado con inclinación de 25 grados y rotación de 24 segundos. La jaula del tourbillon tiene 86 partes y pesa sólo 37 gramos.
Entre las 2 y las 3 horas está el indicador de reserva de marcha de la sonería, a las 5 se consulta el indicador de reserva de marcha del mecanismo y a las 6 el pequeño segundero. Los dos martillos de acero de la sonería son visibles en una apertura en la parte superior.
Greubel Forsey optó por hacer la caja de titanio por su ligereza. Resulta impresionante que, pese a la gran cantidad de componentes y el tipo de complicaciones, el reloj mida casi lo mismo que otros de la marca: 43.5 milímetros de diámetro por 16.13 milímetros de altura, un tamaño comedido para una pieza de estas características.