En 1966, Stanley Kubrick se embarcó en la producción de su obra maestra, 2001: Odisea en el espacio. Para llevar a cabo la representación de esta aventura por el cosmos, el propio Kubrick convocó a diversas compañías que imaginaran y diseñaran productos futuristas para incluirlos en la película. La firma ganadora fue Hamilton, relojera estadounidense que incluyó varias de sus creaciones en la cinta.