Maximilian Büsser, el enfant terrible de la relojería, reside en Dubái desde 2014. Esta conversación durante la Dubai Watch Week de noviembre pasado revela al hombre más allá de la firma relojera que rompió todas las reglas cuando la lanzó en 2005: MB&F, un laboratorio de conceptos artísticos para desarrollar piezas relojeras radicales. Respetando la tradición, pero nunca limitada por ella, la marca reinterpreta desde entonces la relojería tradicional en esculturas cinéticas tridimensionales. Ésta es su visión vital.
Decisión de vida
“Mudarnos a Dubái fue una decisión de vida. Le encontré una coartada de negocio, pero no era la idea. Quería ver a mis hijas crecer. Lo que estábamos buscando como familia, y yo como empresario, es que fuera un lugar seguro donde se hablara inglés, y que tuviera una gran logística e infraestructura. Estábamos buscando un sitio donde la calidad de vida mejorara con el mismo salario que tenía en Ginebra”.
Dubái, epicentro creativo
“Esta ciudad me ha facilitado viajar. Asia representa un tercio de nuestro negocio y todo está cerca. También me ha permitido crear la tercera M.A.D. Gallery y nunca he sido tan creativo como ahora. ¿Por qué? Porque cuando estoy en Ginebra no creo nada, estoy en lo cotidiano. Allí trabajo 18 horas al día”.
“Yo era un tipo que necesitaba un plan y saber en dónde estaría en cinco o diez años. Si me hubieras dicho, cuando tenía 20 años, que iba a trabajar en la industria relojera, que iba a ser CEO de Harry Winston, que fundaría mi propia marca, que crearía un reloj circular, que abriría una galería de arte, que lanzaría una pluma y un reloj robot y que viviría en Dubái, te hubiera dicho: ‘¡¿Por qué y para qué? ¡Estás loco!’. Así que cuando entiendes que todo lo que ha pasado en mi vida no estaba planeado y ha resultado tan fantástico ves porque soy el hombre más feliz, más de lo que había sido antes. No tengo idea de qué va a pasar en mi vida y eso es súper cool”.
Concepto de dioses
“La colección Horological Machine es mi psicoterapia, mi proceso creativo con un pensamiento libre. Hago lo que quiero. Con Legacy Machine el concepto es muy cerebral y con Horological Machine es un concepto de dioses. El primero involucra a mi cabeza, es predecible y racional. En Horological Machine es irracional. No trabajo así con los Legacy Machine porque son un tributo al pasado”.
H.M. vs L.M.
“Uso los relojes más discretos de Legacy Machine para mis viajes. Si en Suiza me pongo un Horological Machine, me ven con cierto desdén porque los suizos son muy conservadores y estirados y no entienden a alguien que utiliza un reloj así. Sin embargo, en MB&F 25% de las ganancias vienen de Legacy Machine y 75% proceden de Horological Machine”.
“El famoso hombre milenial del que todos hablan es más de experiencias, pero las marcas siguen enfocadas en el estatus. Eso está cambiando, pero la industria relojera no. Creo que MB&F es el epítome de la marca milenial. Lo que veo cuando hablo con hombres que tienen 20, 25 o 15 años, es que ellos no están comprando relojes para tener estatus, para ellos es una idea absurda. Si hay una marca que no es de estatus, es la mía. Tres cosas que reconozco en los compradores de estatus es que quieren que todos sepan lo que tienen, que todos conozcan el precio y causar envidia. Cada dueño de un MB&F te dirá lo mismo: nadie más que ellos sabe lo que trae puesto, nadie sabe el precio y, cuando lo descubren, les preguntan que si son tontos porque con ese dinero podrían haber comprado un Patek Philippe o un Richard Mille”.
Cambio radical
“En términos de distribución, el e-commerce va a cambiar radicalmente el modelo de negocio. Los centros comerciales de Madison Avenue en Nueva York o de Prince’s Building en Hong Kong cobran rentas estratosféricas. ¿Quién va a pagarlas cuando un tercio del negocio sea online? Hoy cada boutique tiene que generar dinero, pero en el futuro van a perderlo”.
Marcas boyantes
“Cuatro marcas que van muy bien pese a la crisis son Rolex, Patek Philippe, Audemars Piguet y Richard Mille. No están cambiando mucho en una época de cambios. Puede ser que estén cosechando los beneficios de estrategias que aplicaron hace 10 años, pero no es que se estén adaptando a los tiempos nuevos”.
Buenos resultados
“Hemos creado 14 calibres en 12 años. ¿Por qué nos va bien? Por la integridad de lo que hacemos, la calidad de nuestro producto y el servicio post-venta. En 2013 llegamos a la cifra de mis sueños: 14.6 millones de francos suizos con 15 empleados y casi 300 relojes de producción anual. Desde ahí hemos subido sólo un poco. En 2016 vendimos 16 millones, este año serán 16.8 millones y 235 piezas. Redujimos 20% la producción, pero tuvimos más ganancias”.
“En los últimos tres años hemos pasado de 41 a 25 retailers. Cuando ya no vendemos con uno, compramos el inventario y así no dejamos nada en el mercado paralelo. Nos aseguramos que sólo los mejores retailers vendan el producto”.
¿Crecer o vender?
“Cuando nuestro riesgo está minimizado y los retornos de inversión son lo suficientemente grandes que nos permiten invertir en uno o dos calibres nuevos al año, eso es felicidad. Son suficientes para tener dos ingenieros de desarrollo de tiempo completo y para que podamos tener nuestra propia manufactura. Si crecemos corremos el riesgo de traer incompetencia, de atrasar el proceso, de tener políticas internas y de que yo no pueda vivir en Dubái. Yo no hago siempre lo que se espera porque lo que se espera es que haga dinero y que crezca. Mi punto es ser feliz; ¿así que vender la empresa?, olvídalo. Si creen que ahora trabajaré para alguien más, después de 12 años de libertad…”
Como David Copperfield
“En 12 años nunca he tenido una oferta para comprar MB&F. Es un poco humillante, nadie ha venido a decirme nada [se ríe]. Personas que han querido invertir en la compañía me dicen que quieren tomar un 12% o 14%, pero no lo acepto porque si tomara su dinero sería un ladrón. Soy como David Copperfield, si me das tu dinero lo voy a desaparecer; así que les pregunto, ¿realmente quieren darme su dinero? Y entonces lo dudan y me dicen que mejor no”.
Proceso creativo
“A mi proceso creativo le importa un bledo si hay un mercado para él. No voy a cambiarlo porque las personas piensen diferente, no me importa. Aunque aun así necesito ganar 16 millones de francos suizos al año para financiar a mis empleados, mi R&D, mi producción”.
“En el modelo de negocios todo se reduce a Darwin: si no evolucionas, te mueres. Si no aportas un valor, te mueres. Si no hay una razón por la que estás en esta cadena, desapareces. Esta ley significa que no todo lo que es de calidad sobrevive, eso es lo duro de los negocios”.
Ateo con ángel guardián
“Soy un ateo rotundo, pero tengo un ángel guardián que es como Schwarzenegger y toma Red Bull todo el tiempo. Siempre me salgo de mi zona de confort y tomo riesgos sin parar. Entonces él dice: ‘¿Qué has hecho ahora?’, y me salva”.