El mecanismo Duometre de Jaeger-LeCoultre llegó por primera vez al mercado en 2007, convertido en un cronógrafo preciso. Ahora, en esta edición de Watches and Wonders, el Duometre se incorpora en un reloj donde se combinan un cronógrafo con una complicación celeste.
El Duometre Chronograph Moon, impulsado por el nuevo Calibre 391, presenta un intrigante contraste entre la rapidez del cronógrafo, que puede cronometrar intervalos de 1/6 de segundo, y el ritmo pausado de la luna para completar su ciclo en 29.53 días, complementado por una indicación del día y la noche. Lo hace en dos diferentes versiones: en caja de platino y esfera color cobre o en caja de oro rosa con esfera plateada.
Hay que recordar el funcionamiento del Duometre, un movimiento que cuenta con dos barriletes y dos trenes de engranajes independientes, uno para accionar el escape (medición del tiempo) y otro para alimentar las complicaciones, ambos integrados en un único calibre y unidos a un solo escape.
Por primera vez, fue posible garantizar que el isocronismo del movimiento (regularidad de “latido”) no se viera comprometido por el funcionamiento de la complicación. Aunque el Duometre se considera una revolución, el principio subyacente fue explorado por la manufactura más de 120 años antes. Lo hizo con el LeCoultre Calibre 19/20RMSMI, que contaba con dos barriletes y se incorporó a un reloj de bolsillo en 1881.
Para esta nueva propuesta, en Jaeger-LeCoultre han dado vida al Calibre 391. Se trata de un cronógrafo monopulsador de cuerda manual con fases lunares y complicaciones de día/noche. También cuenta con dos indicadores de reserva de marcha y una indicación del seconde foudroyante (segundero volante). Cuando el mecanismo de cronógrafo se activa, la aguja foudroyante comienza a girar, realizando una rotación completa en un segundo durante el que late seis veces (1/6 segundo). Estéticamente impecable, además ofrece un avance técnico que permite ensamblar más fácilmente algunas piezas del movimiento.
La esfera es elegante y de lectura intuitiva. Cuenta con el característico diseño con tres contadores y agujas finas que hace del Duometre una creación inconfundible. Además, tiene un guiño a la estética de las tradicionales esferas. Para rematar la composición, ambas propuestas lucen una correa de piel de aligátor y forro también de aligátor con pequeñas escamas.
Para realzar la simetría de la esfera, la indicación de las fases lunares está integrada en la subesfera de horas y minutos del cronógrafo, situada a las 3 h. Su fondo azul se equilibra visualmente con el de la indicación del día y la noche a la altura de las 9 horas.
El seconde foudroyante se refleja en subesfera emplazada a las 6 horas, flanqueada por las dos zonas caladas que revelan partes del mecanismo. Las dos reservas de marcha (50 horas por cada barrilete y tren de engranajes), se muestran en un puente en forma de arco a cada lado de la subesfera.
La nueva caja del Duometre luce cristal convexo y un bisel que ha sido elegantemente redondeado, en ese afán por alcanzar la perfección. La corona también se ha rediseñado para facilitar su uso.
FICHA TÉCNICA
Jaeger-LeCoultre Duometre Chronograph Moon