Francesco Caramora, un joyero de Pavia, fue el primero en establerse en 1817 en Valenza. Con el tiempo esta región del Piamonte, que también integran Vicenza y Arezzo, se convirtió en la capital mundial de la joyería artesanal. Ahora Bulgari ha rescatado su granja-taller e integrado a La Cascina dell’Orefice la manifattura de joyería más grande de Europa. Una instalación ecológica de 15,000 metros cuadrados que vela por la calidad de vida de sus 430 operarios y por restituir el orgullo de la orfebrería made in Italy. Jean-Christophe Babin, el CEO de la casa, Nicola Bulgari, tercera generación de la familia de joyeros, y la actriz Isabella Ferrari inauguraron hoy esta moderna instalación con la intención de servir de revulsivo de una segunda época de gloria de la joyería italiana. El lugar incluye la más importante academia de formación del país.
Hablamos por primera vez con Babin de joyas. Aunque no pudimos evitar las conexiones al reloj.
-¿Qué representa esta manufactura para la estrategia de la marca?
– Es importante porque estamos inmersos totalmente a lo que nos dedicamos, en los oficios tradicionales. Y aquí tenemos gente especializada en pulidos, fresados, engastados y esta manufactura nos permite organizarnos por nosotros mismos. Tenemos 18 islas que cada una es como una mini manufactura, y todas trabajan juntas para concretar cada día el producto. Nos permite ser más polivalentes y promover el desarrollo y la calidad de vida de nuestra gente. Ahora nos lleva menos tiempos manufacturar, con más flexibilidad y eficacia.
– Este es un año muy dedicado a la mujer en propuestas. ¿La joyería tomará más fuerza respecto a los relojes?
– Históricamente, la joyería es la esencia de la compañía. Hemos desarrollado más nuestro estilo con joyas que con relojes. En los años 80 y 90 los relojes de platino eran extensiones de las joyas. Siempre hemos generado relojes y accesorios partiendo de la joyería, con los mismos códigos, como la serpiente. La joyería nos recuerda siempre nuestra actividad principal, una creatividad única. Gracias a ella hemos creado agradables relojes a nuestro estilo. Las bolsas Bulgari son bolsas-joyas, símbolos de estatus, porque están inspiradas en la joyería. Por eso, esta planta va a reforzar nuestras especialidades y permitirnos asentar más el liderazgo como joyeros. También nos ayudará a vender mejores relojes y accesorios para la mujer. Es divertido cruzar categorías.
– En relojes, el concepto manufactura es recurrente pero en joyería no. ¿Están interesados en monopolizar una etiqueta de joyería hecha a mano made in Italy?
– La integración manufacturera históricamente en joyería ha sido más rápida que en relojes. En relojes son una excepción las casas que integran todos los oficios. En joyería la producción está basada en muy pequeñas compañías que proveen a otras hasta conseguir una marca. Bulgari tiene un taller en Roma desde hace 25 años y ha sido una pionera en integrar todas las necesidades, pero lo normal es que se contrate la producción con artesanos externos. Con la Bulgari Jewellery Academy ahora vamos a desarrollar a nuestros propios expertos. En un mundo globalizado es importante porque la gente busca raíces y autenticidad, saber de dónde viene el producto, cómo se crea. Esa es una carrera en el lujo. Bulgari hace el 100% de sus joyas, perfumes, piel, lentes, sedas en Italia. Probablemente somos el único joyero que hace el 100% de su producción en su propio país y la autenticidad del producto está ligada a la gente. Una manufactura debe ser sostenible en términos de entorno y en condiciones de trabajo y eso refuerza el vínculo del cliente con la marca porque respeta sus valores y hace desear más un producto.
– En la inauguración las autoridades locales y del Gobierno dijeron que esperaban que este proyecto refuerce el sentido de la creación artesanal joyera italiana. En el pasado, el Piamonte fue muy fuerte como creador de joyería y perdió fuerza por la competencia asiática. ¿Se invertirá la tendencia?
– Para Bulgari, la joyería italiana es una misión y un compromiso porque para este país somos un estandarte de excelencia, de diseño y de credibilidad. Italia es el país más creíble, aspiracional y productor de lujo del mundo, nos solo en joyería, también en moda en autos deportivos. Valenza es uno de los primeros jugadores en la creación de joyería contemporánea y probablemente ésta es ahora la mejor manufactura de joyas del mundo.
– ¿Es posible una joyería ‘smart’ o conectada?
– No es fácil en joyas porque primero tienes un entorno metálico y eso dificulta la transmisión de señales y en nuestro segmento es difícil vender joyas de plástico.
– El lujo está mirando a una nueva generación de millennials como objetivo y eso obliga a cambios ¿Qué piensa hacer Bulgari?
– No creo que sea propiamente un tema. Entre nuestros clientes ya hay muchos millennials. Tenemos estilos como B.Zero1 que lo están comprando espontáneamente los jóvenes. No es tanto un tema de producto como de conexión. Continuamos comunicando de forma clásica, en medios clásicos y con anuncios clásicos y al mismo tiempo desarrollamos redes sociales. Tenemos una comunicación de múltiple target y mantenemos la consistencia. El precio de nuestros productos empieza en los mil euros porque no se puede hacer oro a 200 euros.
– Hasta el estilo para los relojes de mujer en Bulgari viene de la joyería. ¿Es posible llevar algún concepto de los relojes a la joyería?
– El Lucea es la versión más agradable de reloj para llevar a las joyas. Cuando ves los detalles del diseño de su brazalete puedes imaginar no solo un reloj. Quiero establecer Lucea primero como una pieza de época para los relojes de mujer antes de moverlo a otra categoría. El Octo podría imaginarlo también en joyas porque es la más universal de las figuras geométricas y puede hablar al hombre y le gusta a la mujer. Es algo que se puede vestir y le agrada a los chinos y a los mexicanos y a los jóvenes porque hay octógonos por todos lados. Y en nuestra joyería hay piezas maestras con el octógono.
– La ética gana valor en el lujo. ¿No es importante comunicar la procedencia de los diamantes y el oro?
– Nosotros trabajamos para promover un mayor protocolo con las gemas porque hoy la regulación está muy bien hecha solo para los diamantes. No hay nada más precioso que un diamante, por eso sentimos que es importante el origen y su integridad. Para las gemas es más complicado. Los diamantes son una estructura química y las gemas pertenecen a diez o veinte familias diferentes. Bulgari es uno de los líderes en llevar la clasificación también a las gemas pero está costando esfuerzos crear un lobby para establecer gradualmente un sello de estandarización. Probablemente se empezará con los zafiros y la piedras de fantasía. Todo nuestro oro está certificado en términos de origen aunque no lo comuniquemos.
– Las joyas Bulgari tienen una personalidad fuerte por su carácter y color que limita el tipo de mujer que las usa. ¿Nunca pensó en suavizar el estilo y usar más diamantes blancos para ampliar su público?
– Lo estamos discutiendo internamente pero no tenemos la respuesta final. Por un lado podemos agrandar el potencial pero diluiríamos nuestros orígenes. La pregunta es: ¿lo que hacemos hoy es suficientemente grande para querer crecer más? Probablemente en los próximos diez años crezcamos tranquilamente pero basados en lo que somos hoy. Queremos ir lento porque aún hay más potencial donde estamos y no vamos a arriesgar la legitimidad.
– Bulgari pertenece a un grupo de lujo (LVMH). ¿Tiene algo que aprender la joyería de la moda?
Por ser una manufactura no creo que podamos jugar el juego de las colecciones de temporada. Además, la joyería se hace para la eternidad pero sí podemos coquetear un poco con las tendencias y los colores de temporada. Siempre buscamos estabilizar una colección de forma permanente, que en el mundo de la moda es muy inusual. Si vemos a nuestro más respetable competidor, que es Hermès, nunca cambian. Tal vez no sería mala idea llevar ciertas ideas de la joyería a la moda.