Es ya toda una vida sobre ruedas desde que Chopard se aliara con la Mille Miglia en 1988. El diseño y las cualidades exquisitas de los autos clásicos deportivos elevados a categoría relojera. La Mille Miglia es un viaje en el tiempo por los hermosos parajes de Italia. Los fieles aficionados a los autos históricos la llaman “La corsa più bella del mondo” —la carrera más bella del mundo— se viste con acento mexicano.
La historia comienza en 1988, cuando Chopard se convierte en patrocinador y cronometrador oficial de la famosa carrera automovilística clásica Mille Miglia. El nexo entre la casa Chopard y el mundo de las carreras clásicas, ha surgido como resultado de la pasión personal de Karl-Friedrich Scheufele, co-presidente de Chopard, por los coches de colección y por el universo automovilístico. Este amor compartido ha inspirado una colección de relojes muy apreciada: los Mille Miglia de Chopard, que encarnan el espíritu de la mítica competición italiana.
Cada primavera, la prestigiosa prueba ve enfrentarse a 430 equipos, a lo largo de mil millas (1600 km), surcando el magnífico paisaje que discurre entre Brescia y Roma. Con motivo de esta cita anual, Chopard presenta cada año una edición limitada de una serie de relojes dedicados a esta carrera. Este otoño quiso rendir también homenaje a México y así nace esta edición especial. Mille Miglia Racing Stripes Mexico Edition es un elegante cronógrafo con toque vintage y los colores rojo y verde de la bandera nacional en la esfera, así como el logo oficial de la Mille Miglia con forma de flecha.
Es una de las piezas icónicas de la manufactura de la familia Scheufele. La viva memoria del classic racing se convierte en un certero estandarte que une los corazones mecánicos del deporte motor y la relojería. Desarrollado con la misma silenciosa pasión que un auto deportivo retro, Mille Miglia Racing Stripes Mexico Edition es una joya sumamente cuidada.
Mille Miglia con colores mexicanos
La esfera, plateada y barnizada, está fabricada artesanalmente y presenta números arábigos pintados con Superluminova. Su peculiar brillo se consigue gracias al acabado cepillado y satinado circular. La pieza es todo un decálogo del lenguaje de los autos clásicos. En caja de acero de 42 mm, sus asas cortas aportan mayor comodidad en la muñeca.
Se realzan los dos pulsadores del cronógrafo y la corona acanalada al estilo de los primeros cronos de pulso. Para acentuar su espíritu racing, la esfera cuenta con escala taquimétrica. Y la correa es de piel de becerro perforada —como los antiguos guantes de piloto— con forro rojo y un patrón inspirado en los neumáticos Dunlop de los años 60.
Si el diseño revela en sus mínimos detalles la pasión por el profundo vínculo histórico entre relojería y autos, el motor de este Mille Miglia Racing Stripes Mexico Edition también es sumamente interesante y revelador. Chopard monta uno de los movimientos automáticos (ETA 2894-2) más fiables del mercado gracias a su certificación COSC.
Un calibre que late a 28,800 alt/h y aporta 42 horas de reserva de marcha. A la función de cronógrafo con trotadora central ‑con punta marcada en rojo—y su despliegue de tres contadores en la esfera, se suma la ventana de fecha entre las 4 y 5 horas. A través del fondo transparente de cristal de zafiro se puede observar la decoración mecanismo. Aquí también destacan las bandas de color rojo y verde. Es una pieza hermética a 50 metros. Mille Miglia Racing Stripes Mexico Edition es una exclusiva edición limitada a 50 piezas.
La filosofía de la casa propiedad de la familia Scheufele es involucrarse con eventos que realmente les lleguen al corazón. Y la pasión del copresidente Karl-Friedrich por los autos vintage solo se compara a su atracción por los relojes antiguos. De ambos es un coleccionista virtuoso.
Tanto él como su padre, su madre, su esposa y su hermana Caroline, también copresidenta y una figura prominente en el Festival de Cine de Cannes, son asiduos competidores de la Mille Miglia. Chopard ha llevado el glamour a la carrera de la mano de embajadores y amigos de la marca como Carla Bruni, Eva Herzigova y el mítico piloto Jackie Ickx.
“La Mille Miglia es mucho más que una carrera de resistencia”, dice Karl-Friedrich Scheufele. “También es un himno a la dolce vita. Tiene la habilidad única de llevar el epicureísmo estilo italiano a todos aquellos que se forman en la línea de salida y ofrece una promesa poderosa: la oportunidad de conducir a través del país más bello del mundo al volante de los mejores autos de la historia. Difícilmente se podría imaginar un mejor escenario: arquitectura, paisajes, arte, moda, alta cocina, naturaleza. Italia está en otra categoría”, asegura emocionado Scheufele.