Esta semana asistimos a uno de los eventos más exclusivos de la CDMX: la presentación de la colección femenina Trésor de Omega. La cita fue en Capital Siete, nueva obsesión de trendsetters y marcas de lujo. Desde la entrada se notó la intención de crear algo que rompiera con los moldes: de la decoración minimalista a la aparición de un violinista y una bailarina de ballet en medio de los invitados, la casa suiza demostró que busca iniciar una revolución de ideas en sus nuevos productos.
Después de romper el hielo con la combinación música-ballet, apareció Jairo Solano, Brand Manager de Omega en México, quien desveló los modelos que forman Trésor, cuyas variaciones consisten en dos metales diferentes (acero u oro Sedna de 18 quilates) y distintas tonalidades de esfera (negra, marrón topo, blanco, azul y nácar, entre otras).
Si bien los renovados Trésor fueron presentados hace meses, lo importante de la noche fue confirmar que esta colección es la gran apuesta de la compañía en los últimos tiempos: más que una serie temática, esta colección busca seducir a los millennials (el público que mayor interés genera en la industria) sin abandonar su savoir-faire relojero, sobre todo en lo que respecta a estética femenina.
Al revisar la historia de Omega, la constante es su enorme capacidad no sólo para adaptarse a la moda, sino incluso para marcarla. Basta con ver la exposición del año pasado, llamada Her Time, para comprobarlo: de los relojes estilo Art Decó a la exuberancia de los diamantes en el bisel, la casa ha sabido acompañar el estilo de las mujeres del mundo.
Hoy la moda se caracteriza por una sola regla: no existen reglas. Las mujeres jóvenes y modernas combinan lo mejor de la informalidad cotidiana con prendas y accesorios de alta costura, para generar una voz propia y poderosa.
Omega suma a la causa fashion estos guardatiempos, donde se fusiona el estilo clásico (cajas delgadas y agujas elegantes, así como elementos de modelos icónicos como el Ladymatic o el Constellation) con las esferas lacadas, números romanos alargados y líneas cortadas de diamante propias de la actualidad.
Además de cambiar el estilo del reloj, Omega propone una nueva figura para representar el espíritu Trésor: Kaia Gerber, hija de la top model Cindy Crawford, quien fue el icono de la casa suiza hace varios años y continúa su relación hasta hoy. Kaia, también modelo, fue elegida hace un año como embajadora de la casa, dada su elegancia y sofisticación. Sin embargo, para la nueva colección, la casa ha decidido mostrarla como la encarnación del espíritu millennial: siempre anticonvencional, fresco y desafiante.
Basta con asomarse a la cuenta de Instagram de Kaia (donde la siguen 3.5 millones de personas), para entender su afinidad con Trésor: en todas las fotos deja constancia de su habilidad para mezclar estilos y épocas en un solo outfit, característica que la coloca como una de las estrellas emergentes en el mundo de la moda contemporánea, terreno donde los límites se difuminan y hoy permiten que los diamantes puedan ir acompañados por jeans o la comodidad forme parte del glamour femenino.
Ante la curiosidad de la industria para saber cómo conquistar al público millennial, Omega responde fuerte y claro: hay que hablar su idioma, empoderarlos y formar parte de su cosmovisión, pero sin abandonar la tradición centenaria de la mejor relojería suiza. Hoy el mundo exige que las barreras se rompan y lo nuevo se mezcle con lo viejo para obtener algo nunca antes visto. Hoy hay que crear colecciones como Trésor. (Por Israel Pompa-Alcalá)