El arte nos ofrece la oportunidad de contemplar el mundo desde una perspectiva diferente. No tiene por qué ser siempre de un modo académico. Lo único que importa es que sea personal. Como, por ejemplo, la mirada de un niño. Este es el objetivo que ha planteado Gabriel Lau, conocido artísticamente como Labeg. Así aparece en su cuenta de Instagram, la cual acumula 12,500 seguidores. Aunque nacido en Toronto hace 37 años, Lau vive desde hace once años en Hong Kong, donde ha desarrollado su carrera laboral.
El nacimiento de la afición
“No, no tiene nada que ver con relojes”, nos comenta el propio Lau. “Mi trabajo está relacionado con la arquitectura. Los relojes es un hobby. Desde pequeño me han gustado marcas como Swatch, G-Shock o Nixon. Recuerdo que mi abuelo siempre me traía como regalo un Swatch cuando venía a visitarnos a Canadá. Más tarde, cuando estudiaba diseño, comencé a interesarme por la Alta Relojería. Me gustaba su diseño, complejidad y nivel artesanal”.
Lau trasladó este interés por los relojes a un plano artístico como un entretenimiento alejado de su labor cotidiana. “Todo comenzó en 2019. Quería ver cómo era capaz de combinar mi visión del arte con mi pasión por los relojes. Comencé con lápiz y papel, pero en 2021 me pasé al cartón y la pintura acrílica. Pensé que sería interesante evolucionar hacia una obra tridimensional. Era precisamente el mismo proceso que hacía en mi trabajo como diseñador: pasar de un boceto bidimensional a un prototipo en tres dimensiones como paso previo al producto final”.
La elección del cartón
La única diferencia es que el trabajo de Lau, o mejor dicho Labeg, ha derivado hacia un estilo naif y original, basado en el uso del cartón, el pegamento y las pinturas acrílicas. “Son materiales son familiares para todo el mundo. Los hemos usado en el colegio cuando éramos pequeños”, nos comenta el artista. “Además, hay algo muy divertido en recrear algo tan caro como son los relojes con materiales baratos”.
La simplicidad también aparece en estilo creativo muy básico, casi infantil; como si fuera un niño que ha decidido hacerse él mismo el reloj que no puede comprar. Una ingenua visión basada en los sueños y los deseos que tan bien reflejan la pasión adulta por los relojes. No en vano, por algo son considerados los perfectos toys for boys.
Papel y diamantes
El proyecto de Labeg pronto tuvo una gran aceptación entre los aficionados gracias a su popularización en las redes sociales. Tanto que se ha convertido en una segunda vía de ingresos para Lau. “La mayoría de la gente me encarga que recree su colección personal o los relojes de sus sueños. Me halaga que quieran ver su pasión por los relojes a través de mi visión artística. Esto hace que cada obra sea muy especial para mí”.
Los pedidos pueden realizarse a través de su web www.labeg.art. Los precios oscilan entre los 5,000 dólares hongkoneses (unos 640 dólares estadounidenses) hasta los 27,000 dólares hongkoneses (unos 3,475 dólares) de los relojes de pared. Algunos clientes se han atrevido a ir más allá y le han propuesto proyectos tan increíbles como un Richard Mille RM 67-01 de cartón ¡engastado con diamantes reales! “Ha sido el proyecto más cool de mi vida”, indicó Labeg cuando lo mostró a sus seguidores de Instagram.
El artista también ha colaborado con diferentes detallistas, distribuidores y firmas. Entre ellas destaca el proyecto que realizó para Ulysse Nardin en el mercado de Watches & Wonders con motivo del lanzamiento del Freak One en 2023. Más recientemente ha realizado para Ulysse Nardin una recreación el cartón para el ganador de la 25º edición de la carrera Gumball 3000 que se acaba de celebrar entre Saigón y Singapur. Seguro que el afortunado lo enseñará a sus amigos como uno de sus más preciados relojes.