El gran mago del marketing relojero, Jean-Claude Biver, ha decidido exponer su colección de relojes más íntimos. Y lo hace en asociación con la casa de subastas Phillips. El empresario relojero, artífice de la resurrección de Omega, Blancpain o Hublot, presume de una colección envidiable.
Su acervo incluye un Patek Philippe Perpetual Calendar Chronograph Ref. 2499, considerado el Santo Grial de los aficionados, y un Perpetual Calendar Chronograph Ref. 1518 con esfera rosa lanzado en 1941, el primer reloj de pulsera en contar con ambas complicaciones y el primero del mundo en ser realizado en serie. Solo existen 12 versiones con caja de oro rosa y esfera rosa, lo que lo hace extremadamente raro. Además está en perfectas condiciones.
También destacan tres Rolex Cosmograph Daytona “Zenith” Ref. 16520, uno de ellos con esfera Mark I, que resalta porque separa ‘Cosmograph’ del resto del texto y el logotipo Rolex. A esta referencia la apodan “Cosmograph flotante” y es el modelo de este tipo más valioso. Una versión con carátula blanca tipo porcelana se vendió en 2018 en Phillips por 187,500 dólares.
Además, en su colección destaca también uno de los grandes relojeros vivos, un modelo Simplicity de Philippe Dufour, del que se cree que se fabricaron 205 piezas y Biver tiene la número 180. La colección se presentó por primera vez en Ginebra el 7 de noviembre y seguirá una gira hasta principios de 2020 por Hong Kong, Nueva York y Londres.
La exhibición se bautizó como Jean-Claude Biver: A Retrospective. Share, Respect, Forgive (Jean-Claude Biver: una retrospectiva. Comparta, respete y perdone), un muestra compuesta por 24 relojes. Su hijo Pierre Biver fue el curador de la selección de piezas.
“La idea detrás de esta exposición es celebrar a un hombre que ha tenido una carrera increíble y ha influido en la industria relojera de muchas maneras. La muestra arroja luz sobre los relojes que Jean-Claude Biver aprecia, explora lo que lo motiva como coleccionista y brinda información sobre distintos aspectos de su vida privada y profesional. Es una mirada retrospectiva a su historia a través de los relojes significativos y excepcionales”, asevera Pierre.
La mayoría de los relojes no se había visto antes. “A medida que esta exposición se hizo realidad, la principal prioridad fue la calidad, tanto de los relojes como de la exposición en sí. Es la forma en que se documentan y presentan lo que hace que esta exhibición sea tan especial, con material de archivo que muestra la vida de un hombre que ha tenido un impacto duradero en la industria relojera. Las fotografías antiguas que acompañan a los relojes dan un toque muy personal”, declara Pierre Biver.
¿Cuál es el reloj más valioso? “Esto es difícil de responder”, menciona Pierre, “ya que cada reloj está lleno de significado e historia. Algunos de mis favoritos incluyen el prototipo Hublot Bigger Bang, que recuerdo que mi padre usaba la mayor parte del tiempo”.
En efecto, Biver lo reconoce en un video que acompaña la información de la muestra. “Este reloj me trae suerte y felicidad. Siempre está en mi muñeca. Es parte de mí”. Biver también muestra en el video el primer reloj que tuvo, un Omega Constellation clásico que le regaló su abuelo en su primera comunión, cuando tenía 8 años.
“Entre los católicos era usual regalar un reloj cuando hacías la primera comunión”, cuenta el propio empresario. “Es un Constellation clásico de Omega de oro amarillo que no me puse hasta que tuve 18 años”, rememora el ahora presidente no ejecutivo de la división de relojes de LVMH.
“Mi padre siempre compró con los ojos y el corazón, por lo que el valor de las piezas es secundario. La calidad y estética son siempre su principal motivación. De la selección realizada para esta expo, el Perpetual Calendar Chronograph Ref. 1518 es el más raro. Ee sabe que existen una docena o menos, y este es uno de ellos.
“Su condición es simplemente excepcional”, apunta Pierre Biver. “Él nunca me presionó para trabajar en la relojería, pero mi pasión naturalmente evolucionó por tener la fortuna de presenciar y absorber su pasión de primera mano”.