Massimo Bonfigli, Director Regional de Ventas de Ulysse Nardin, admite que hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Y estos años difíciles en la economía obligan a nuevos planteamientos. Junto a las colecciones icónicas de la firma suiza con genética marina y grandes complicaciones, destaca el lanzamiento de un tourbillon asequible, Executive Skeleton Tourbillon. Bonfigli cuenta a Tiempo de Relojes la fórmula de la nueva estrategia de negocio de la casa relojera del Grupo Kering.
Este año Ulysse Nardin presentó nuevos modelos no habituales. ¿Cómo ha respondido el mercado?
Las novedades han gustado, casi todas. El éxito principal ha sido la nueva colección Classique de acero que ha sido bien recibida, con precio de entrada a 7,500 francos suizos, con una edición esmaltada a 8,500 francos suizos. El otro éxito ha sido el Executive Skeleton Tourbillon con 7 días de reserva de marcha. Ha sido un gran éxito, también por el precio, 48,000 francos suizos. El movimiento base es el del Skeleton Tourbillon anterior (75,000 francos suizos). La estrategia con este reloj es entrar en una categoría de precio que nos permita aumentar el volumen de venta. Ahora tiene caja de titanio.
¿Qué dicen los clientes sobre esta bajada de precio?
Probablemente, vamos a sufrir con la edición anterior del mismo modelo, pero al final tenemos que producir volumen porque hay potencial para fabricar este movimiento complicado en mayor cantidad por nuestras capacidades internas. Muchos de nuestros relojeros están trabajando ahora en este Executive Skeleton Tourbillon.
¿Y la respuesta al Cronógrafo Calendario Anual que también es otra novedad que tiene un precio agresivo?
Muy buena, tiene un precio de 11,800 francos suizos. Recuerda que hemos introducido el cronógrafo normal propio y ahora hemos decidido parar de producir el Marine Cronógrafo y lo reemplazamos por el nuevo Cronógrafo Calendario Anual al mismo precio, y este movimiento UN150 lo ponemos en el Diver. La base estaba desarrollada sobre el Perpetuo de Ulysse Nardin y el cronógrafo modificado que adquirimos a Ebel.
Thierry Stern, presidente de Patek Philippe, declaraba a Tiempo de Relojes que no es recomendable ponerse nerviosos en estos tiempos difíciles y bajar los precios, porque después será muy difícil subirlos. ¿Qué opina Ulysse Nardin?
No creo que nos afecte o perdamos imagen o prestigio. Tenemos movimientos diferentes de alto nivel que seguimos produciendo. Es verdad que toda la atención está puesta ahora sobre el Executive Skeleton Tourbillon. Pero el tourbillon asequible es un tema en todas las marcas. TAG Heuer presentó un tourbillon de 14,000, Jaeger-LeCoultre ha introducido uno de 40,000. Puedo entender lo que dice Thierry Stern, pero no es una cuestión de pánico ante la situación difícil del mercado. Tiene que ver más con la realidad del costo de un reloj y pienso que el precio que hemos introducido en el Executive Skeleton Tourbillon es el correcto.
¿Qué es un precio correcto? ¿Por qué determinadas categorías de producto están a precios tan diferentes en diferentes marcas?
Es una cuestión de marketing y construcción de imagen. El precio es algo difícil de definir con exactitud, pero el Executive Skeleton Tourbillon tiene el precio correcto para este tipo de reloj. Es agresivo pero es correcto. Queremos vender y trabajar y dar empleo a nuestros relojeros. Es una estrategia. Y no vamos a subir los precios porque no es necesario. Es una estrategia que llega para quedarse.
¿Cómo ha afectado la situación actual del mercado a las piezas caras? Tenían planteado introducir un Sonata nuevo para boutiques.
Es la pieza que tenemos que definir si se lanza en otoño o en el SIHH 2017. Hay demanda para el Freak, que aunque lleva varios años en el mercado es un reloj único y diferente que no tiene competidores. Seguimos vendiendo bien los relojes de alto nivel. Está sufriendo la clase media-alta en el mundo y es a quien van destinados los precios de entrada. Las piezas caras no sufren porque la gente con dinero sigue siendo caprichosa. Donde mas padecemos es en la entrada de precios. Al final, las firmas como Patek Philippe no entiende algunas estrategias en los demás. Cada marca tiene su estrategia porque conoce muy bien sus datos y tienes que moverte según esos datos. Patek tiene una posición privilegiada. Los demás debemos adaptarnos a la realidad de los tiempos. Pero la clave más importante en la situación actual es bajar la producción de los relojes.
¿En una situación como la actual para Ulysse Nardin es mejor están en un grupo como Kering o estar independiente con mayor flexibilidad de adaptación?
Por un lado es mejor estar con Kering, por otro lado es mejor ser independiente. Pero Kering nos da una fuerza importante, una seguridad, un futuro… Nos ayuda a analizar todo para hacer una estrategia más precisa. Es útil. Ahora hay más presión para obtener resultados y es verdad que bajo presión a veces se cometen más errores. Pero la sociedad financiera es así y tiene que obtener resultados de una forma u otra y tenemos que adaptarnos. A mí me hubiera gustado terminar mi vida laboral en una empresa independiente porque hay contacto y decisiones más directas y menos gente involucrada en todas la decisiones. Pero para hacer marca es importante ser parte de este grupo. Tenemos más gente trabajando en el desarrollo de un producto. Ahora se analiza y se ven las tendencias, los colores… Hemos mejorado en eso. Hemos bajado la probabilidad de fallar en una colección.
¿Corre peligro el departamento de I+D porque el arte por el arte no le gusta a las empresas financieras?
Vamos a seguir desarrollando propuestas técnicas increíbles. Tenemos propuestas fantásticas. Ludwig Oechslin se sigue implicando en los proyectos pero no en todos. No es como antes, que él era el único que venía con las ideas. Hay que imaginar que cuando empecé yo en Ulysse Nardin en el año 2000 había 40 personas trabajando en la empresa y ahora hay 350. Podemos hacer más procesos in-house. Antes se hacía todo fuera, con el apoyo de proveedores. Ahora está todo dentro.
Llevan dos años con Kering. ¿Ya acabó la etapa de transición? ¿Habrá más cambios?
Estamos todavía en transición hasta 2017, pero Ulysse Nardin es un buen alumno del grupo Kering. La gente de de la casa se sigue sintiendo parte de la marca y no tanto de un grupo. Vamos a seguir así.
¿Por qué cambiarán de Baselworld al SIHH?
Kering lo decidió. Para mí es mejor a todos los niveles. Y enero es fantástico para una feria porque empieza el año y puedes planificar mejor.
¿De todos los productos de Ulysse Nardin, cuál crees que va a ser la estrella para el futuro?
El Executive Skeleton Tourbillon. Las altas complicaciones asequibles con un enfoque estético muy contemporáneo nos van a permitir vender mucho. Vamos a seguir desarrollando este camino. Pero vamos también a mantener los Cronómetros de Marina, que son el ADN de Ulysse Nardin, que ahora se hacen solo en tres esferas y dos tamaños, 43 y 45 mm. El Cronógrafo Anual también va a ser exitoso aunque ahora es todavía un interrogante. Lo hemos vendido bien a joyeros, pero falta saber cómo responde el público. Vamos a disminuir las referencias de 250 a 190. Las colecciones también bajan de 14 a seis: Marine, Diver, Executive, Freak, Jade y Classique. Ahora tenemos la planeación lista hasta el año 2020. Y no vamos a hacer cosas raras con nuestra imagen porque Ulysse Nardin es mar, mar y mar.