Transcurrieron algo más de 30 años desde que el diseño de Calabrese para el Corum Golden Bridge, lanzado en 1980, se convirtiera en un reloj con su clásico movimiento baguette en versión automática. Esto tuvo lugar en el 2011. Y Corum celebra ahora el décimo aniversario del calibre automático con una revisión del diseño de la caja. Nuevas vistas panorámicas en una serie de cuatro piezas bajo edición limitada.
El movimiento baguette original fue realmente creado por Vincent Calabrese en los años 70. Una pieza totalmente “concept” con solo 45 componentes. Y se vio por primera vez en 1977 en el Salón Internacional de Inventores de Ginebra. En aquel momento, la dirección vanguardista de Corum fue decididamente a adquirir la patente y trabajó junto a Calabrese para desarrollar este movimiento revolucionario. Ya en 1980, en la feria de Basilea, se lanzó al mercado el primer Corum Golden Bridge con componentes de oro en el calibre.
Tonneau minimalista
Una caja tonneau de diseño minimalista que exhibe su arquitectura vertical flotante con masa oscilante sobre rieles. Y una transparencia total que vuelve al origen para exhibir su desnudez con nuevo cristal de zafiro panorámico. El fondo de la caja también resulta ahora más grande. El cristal de zafiro se extiende como una sola pieza y permite una visión interior de 360 grados. Un proceso estructural más complejo para que las esquinas y las uniones de la caja no resulten vulnerables, ni tampoco se pierda resistencia a la hermeticidad pese a su sutilidad —30 metros—.
El nuevo Golden Bridge Automatic presenta una colección de cuatro versiones en edición limitada cada una de ellas. La caja es de titanio con acabado DLC negro y se combinan con oro rosa, oro blanco y dos declinaciones con diamantes redondos engastados. Los nuevos Golden Bridge portan el calibre automático CO313 con 40 horas de reserva de marcha. Con una platina y barrilete miniaturizados, los puentes son de oro y la masa oscilante lineal es de platino.
Estéticamente, también hay nuevos detalles como el sistema de arnés flotante para los índices. Colocado discretamente, enlaza la base del movimiento con los marcadores. Es una pieza escultural que no tiene propiamente esfera. Frente a las versiones predominantes del Golden Bridge sin índices, la firma ya los había utilizado en la carátula. Sin embargo, es un sistema de nuevo diseño que facilita la lectura y aporta funcionalidad. En el fondo, cabe señalar que el cristal de zafiro apuesta por el acabado ahumado. Las piezas visten una nueva correa de piel de aligátor más suave al tacto. Nuevas vistas panorámicas para un reloj icónico.
FICHA TÉCNICA
Corum Golden Bridge Automatic