Aurel Bacs: El mago de las subastas

El hombre récord de las subastas relojeras regresó a la casa Phillips y el equilibrio en el mercado se rompió a su favor. Aurel Bacs se opone a la venta en línea del lujo y aboga por un servicio personalizado, porque los coleccionistas “quieren vivir la experiencia de comprar, tocar, probarse, oler.”

Aurel Bacs dice que no es hombre de números, pero las evidencias lo desmienten fulminantemente. Como Director del Departamento Internacional de Relojes de Christie’s, Bacs aumentó la facturación de 8 millones de dólares (mdd) en 2003 a 127 mdd en 2013, cuando salió de esa casa de subastas. También ha impuesto récords históricos de compra y venta con y sin el martillo en la mano: en 2014, con su firma Bacs & Russo, adquirió el reloj de bolsillo Henry Graves Supercomplication de Patek Philippe por 24 mdd para un coleccionista en una subasta de Sotheby’s; en noviembre de 2015, en su papel de subastador estrella, vendió el reloj de pulsera Patek Philippe 5016A por 7.2 mdd en el evento benéfico Only Watch.

AB7Bacs y su esposa Livia Russo se asociaron a finales de 2014 con la casa de subastas Phillips para refundar su Departamento de Relojería. El objetivo, según Aurel, es “encontrar los guardatiempos mecánicos más hermosos y hallarles un hogar” entre coleccionistas “de nivel superior, intelectuales, emotivos, curiosos; no consumidores”. En el fondo, este game changer del mercado de las subastas relojeras, que tiene un tamaño estimado de 300 mdd, es un romántico.

 Livia y usted dejaron Christie’s en noviembre de 2013. ¿Cómo ha cambiado su perspectiva personal y profesional desde entonces?

Livia y yo estuvimos diez años en Christie’s, y eso, cuando tienes más de 40, es mucho tiempo. Pensamos que era momento de un cambio por varias razones. Habíamos logrado tanto que ya no veíamos hacia dónde crecer. Por supuesto, algunas de nuestras visiones sobre la dirección del mercado no necesariamente eran compatibles con las de la compañía. Estábamos perdiendo contacto con el coleccionista y con los relojes. Yo necesito tocar los relojes y hablar con los coleccionistas. No soy de los que se sientan a ver cifras de ventas. También fue una cuestión de equilibrio de la vida personal y laboral. Lo más importante es que nos fuimos sin saber qué íbamos a hacer. Y para descubrirlo, primero necesitábamos tener un espacio grande y vacío. No puedes decorar un cuarto sin antes mover los muebles viejos. Y eso hicimos durante seis meses en 2014. Viajamos mucho con nuestra hija, y en verano iniciamos nuestra propia compañía [Bacs & Russo] cuyo único objetivo es atender a un pequeño número de coleccionistas que quieren vender y comprar los relojes más finos del mundo.

AB4Nunca quise hacerme multimillonario vendiendo relojes de 99 dólares en el duty free del aeropuerto. Es un negocio fantástico. Estoy seguro de que la persona que lo hace puede tener un avión privado antes que yo. Pero preferiría usar la bicicleta o caminar el resto de mi vida antes que vender relojes de cuarzo a las masas. Quiero encontrar los guardatiempos mecánicos más hermosos y hallarles un hogar.

Cuando empezamos con nuestra compañía, en junio de 2014, nos dirigíamos a los coleccionistas de nivel superior, intelectuales, emotivos, curiosos; no consumidores. Curiosamente, llegó la temporada de subastas de noviembre y, pese a ser una consultora pequeña, acabamos comprando el 40 por ciento del valor de todo lo que se estaba subastando en Ginebra. En la subasta 175 de Christie’s compramos el 50 % [del valor]. Y por supuesto, en la subasta de Sotheby’s adquirimos el reloj de bolsillo de Henry Graves por 24 millones de dólares. Así que compramos unos diez relojes —$35 millones de dólares— para un puñado de clientes, y eso era justo lo que queríamos hacer.

AB9¿Por qué decidieron asociarse con la casa de subasta Phillips?

El CEO de Phillips es Edward Dolman, quien durante años [de 1999 a 2010] fue el legendario y querido CEO de Christie’s. Ahí empezó como portero de la empresa. Es una persona que conoce cada detalle del negocio, y es un placer y privilegio trabajar con él. Cuando nos contactó, le dije que ya no podíamos ser empleados, pues queríamos atender de la mejor manera a unos cuantos clientes. Y cada vez regresaba con nuevas ideas, hasta que nos dijo: “¿Por qué no nos asociamos? Son independientes, atienden a los mejores clientes del mundo, nos dicen cómo deberíamos construir el negocio y en qué deberíamos concentrarnos”, e hicimos la primera subasta en mayo [de 2015].

¿El mercado relojero ha cambiado desde que usted salió de Christie’s?

El mercado no ha cambiado desde que me fui, pero se ha vuelto más extremo. La gente está harta de la producción masiva de relojes sin alma ni corazón, y de los relojes vintage restaurados con componentes incorrectos. Están hartos de comprar en línea. Quieren vivir la experiencia de comprar, tocar, probarse, oler. Parece que estamos regresando a los inicios del siglo XX. Los coleccionistas otra vez quieren tener una experiencia uno a uno. Por eso lo que hicimos con Phillips fue una subasta mucho más pequeña que las de todas las casas. Somos como un relojero independiente que solo fabrica 500 relojes al año y no podemos competir con los grupos grandes. Lo que no sabíamos era que a la gente le iba a entusiasmar tanto esta solución, este concepto. Tuvimos resultados más altos que todas las otras casas juntas. Nunca en mi vida lo esperé, y muestra que el mercado es aún más extremo de lo que yo creía.

AB5La gente no quiere comprar un reloj absurdo por 10,000 o 20,000 dólares. Y por absurdo me refiero a una pieza que dice en la caja: “Edición limitada de diez mil ejemplares para conmemorar la pelea de box en Las Vegas de zutano contra fulano”. La gente está harta de pagar un premium sólo porque una manecilla del cronógrafo es azul en vez de negra. Están buscando valor real. Éste puede ser mecánico, histórico o el valor del hecho a mano. Debe tener algo especial. Una edición de diez mil relojes no tiene nada de especial. Es como comer en un restaurante que ha pertenecido a la misma familia durante generaciones contra comer en uno de cadena. Fue un cambio radical porque de pronto noté cómo el mercado se había desarrollado en los últimos dos años. El problema es que esta evolución ya llevaba más tiempo pero yo no la veía. ¿Por qué? Porque si estás corriendo no ves lo que pasa a tu alrededor.

El mercado relojero ha sufrido una disminución en la demanda en países emergentes como Brasil, Rusia y China. ¿Cómo afectará esta situación al mercado de las subastas a largo plazo?

Hay una gran diferencia entre los relojes contemporáneos y los vintage. Estaba viendo un catálogo de subastas y, sorprendentemente, tienen relojes Patek Philippe que siguen envueltos en plástico. Eso significa que lo que compras en esa subasta es tan nuevo como lo que comprarías al cruzar la calle. Así que la pregunta es: ¿cómo está el precio? Cada reloj contemporáneo tiene un valor que es resultado de la oferta y la demanda. Si el vendedor da un 10% de descuento, el precio de los relojes de segunda mano también baja. Si ofrece un 20 % de descuento, baja aún más. Estos relojes tienen un precio que va de acuerdo a lo que la manufactura, la distribuidora y el vendedor hacen. Y si uno es como el otro, entonces el cliente dirá: “Déjame ver lo que ofrece éste y lo que ofrece aquél”, y se irán donde sea más barato, porque no necesitas un especialista para comprar un reloj moderno, empacado. No hay erudición, sólo importa saber si es original.

 

Cuando compras un reloj antiguo no hay competencia con el distribuidor chino, ni con los descuentos. No puede competir contigo y no compites con él. No tienes que adaptar tus precios cuando él adapta los suyos. La demanda de relojes antiguos ha crecido y la oferta ha disminuido. Y por eso sube el valor, pero sólo en las mejores piezas. En mi opinión, ésta es una señal de un mercado que está en un mundo donde hay una crisis. Los ricos se hacen más ricos y los pobres se hacen más pobres. Los eruditos se vuelven más conocedores y los coleccionistas que tienen relojes que podrían venderse por millones de dólares, dicen: “¡Genial! Es un récord mundial, pero, ¿qué voy a hacer con el dinero mañana? ¿A dónde voy? ¿Compro acciones?”. Y una vez que han comprado acciones de una de las principales compañías de autos en Europa, se sabe que tal motor tiene un problema y su inversión ya vale 50 % menos. Así que no pueden dejar estos maravillosos relojes por un cheque grande. No lo necesitan para vivir. Por eso el hecho de que China haya tenido caídas de dos cifras tiene un impacto, pero aquí no.

A grandes rasgos, el mercado está bien porque no está vendiendo esas ediciones limitadas de diez mil ejemplares a precio de venta al público, sino que ofrece relojes vintage, fuera de producción, a los coleccionistas. Y esos relojes, puedo asegurarte —ya sean Patek, Rolex, Audemars Piguet, Vacheron Constantin, Omega, IWC, Jaeger-LeCoultre—, tienen demanda

 ¿Cuánto tiempo tenemos que esperar para que la nueva relojería —DeWitt, MB&F, etcétera— sea vista como vintage? ¿Cuándo veremos a Max Büsser como un Jeff Koons o un Damien Hirst de la relojería en el mundo de las subastas?

Yo creo que eso ya pasó. Ya subasté en Christie’s—y creo que soy el único que lo ha hecho— dos relojes Philippe Dufour: el Duality [$148,231 dólares en 2007] y el Grande et Petite Sonnerie [$437,023 dólares en 2008]. Dufour ya está en un nivel más alto que Jeff Koons y Damien Hirst, aunque él es clásico. Un HM4 Thunderbolt de Max Büsser recientemente logró un precio increíble en una subasta en Hong Kong [Sotheby’s en 2015], de 241,931 dólares. Creo que es una señal de que está próximo a ser un Jeff Koons.

AB11Muchos de nuestros relojeros rebeldes siguen siendo muy jóvenes, y probablemente en cuanto se retiren y digan: “Ya no puedo seguir haciendo relojes”, el mercado se lamentará y se dará cuenta de que Max Büsser en toda su vida sólo hizo 1,000 guardatiempos.

Por otro lado, en nuestra terminología una pieza vintage debe ser no más reciente de 1995. No hay piezas de FP Journe, Max Büsser o Richard Mille de hace 30 años, así que esa es una barrera. Tenemos que esperar un poco más.

 ¿Cree que los precios que alcanzan los relojes en las subastas que conduce dependen de su estado de ánimo?

Muchísimo. Y no soy así sólo en las subastas. Puedo ir al mismo restaurante tres noches distintas, y una puedo decirle a mi esposa: “Qué restaurante tan terrible”, y otra “Qué buen restaurante”, y la tercera: “Este es el mejor restaurante al que he ido”. Y me dice: “¿Sabes qué es curioso? La primera noche estabas cansado, la segunda te dolía la cabeza, y la tercera estabas de un gran humor. Era viernes por la noche”. La temperatura en el salón de subastas puede ser muy alta o muy baja, quizá comiste mucho y tu estómago no está bien. Tal vez en la mañana te peleaste con un amigo o tu banquero te dijo que tu cartera de inversiones bajó un 10 %. Todo tiene un impacto y se reflejará en tu forma de conducir la subasta. Claro, la casa de subastas puede ayudar al hacer que la gente se sienta bien con un ambiente agradable. El subastador tiene un impacto.

 ¿Recuerda una temporada especial o una temporada desastrosa como conductor de subastas?

Ha habido temporadas en las que, como subastador, el salón se siente pasivo. ¿Será que no estoy de buen humor o que la gente está de mal humor? ¿La temperatura está muy fría o muy caliente? Y a veces espero que la gente esté tranquila y es entusiasta. Y me he dado cuenta de que es una relación muy similar a la de un músico desde el escenario con el público. La audiencia, con sus aplausos y su baile, le da al músico más poder para cantar, para interpretar, para bailar. Y mientras éste más lo hace, la audiencia aplaude y baila más. Es lo mismo aquí, es un diálogo. El subastador y la audiencia están juntos y se influencian el uno al otro.

 Normalmente en las temporadas de subastas no hay una tendencia. Es una temporada genérica o una monográfica cuando es aniversario de Patek, Vacheron, Omega u otra marca. Cuando Phillips organizó el Glamorous Day-Date de Rolex [mayo de 2015] percibí algo nuevo porque es un modelo inusual para una subasta monográfica. ¿Cree que hay oportunidad para que la maison de subastas se transforme en un proyecto de curaduría?

Por supuesto. Uno de los valores principales de una casa de subastas son los especialistas en pintura, joyería o relojería. Por eso, cuando usted compra algo con precio de miles de dólares, la casa de subastas le cobra una comisión. ¿Comisión por saludarle, porque le dan un vaso de champaña, porque imprimen un catálogo? Porque traen valor a la mesa, erudición, investigación. Le ponen la pieza en charola de plata y una vez que la compra, puede leer dónde aparece en la literatura, cuántos ejemplares fueron hechos, cuál fue el año de producción, cuándo fue visto el último. El conocimiento es valor, y una vez que paga por el valor de la pieza, también quiere tener ese otro valor.

Phillips Rolex Ref4113Las casas de subastas se quedan con el 20 % [de comisión], pero tampoco es que aporten tanto. Sólo toman un reloj de un señor y se lo dan a otro. Creo que esas subastas temáticas dan el mayor valor a los coleccionistas porque están dedicadas sólo a un modelo. Eso significa que puede verlo cronológicamente de 1960 a 2010, su evolución, y en el futuro, cuando vea ese modelo puede decir: “Déjame ver el catálogo… 1969, ¡ah, 1970! Dice que hicieron 1,200 ejemplares ese año. Tiene las manecillas así, esto así…”. Y entonces se convierte en literatura. No es obsoleto; la erudición rara vez lo es.

Aunque una subasta haya sido hace muchos años, el catálogo sigue siendo un libro valioso. Por ejemplo, yo reviso el catálogo que hice con Pucci Papaleo una vez a la semana, cuando tengo alguna duda. Es un pequeño libro de referencia y un coleccionista puede tenerlo de Patek Philippe, del Rolex Day-Date, de Vacheron Constantin, de lo que sea. Es un pedazo de mi literatura y esta ahí en la biblioteca. Pienso que es una tendencia porque eBay no puede ofrecer eso. Ahí paga menos de 20% pero no le dan su pieza investigada en un libro, como sucede en las subastas temáticas. Así que la decisión del comprador depende de su prioridad.

¿Qué opina de Christie’s Watch Shop? ¿Cree que hay riesgo de perder la magia cuando una casa de subastas intenta convertirse en una tienda?

La magia no está necesariamente en riesgo cuando la casa de subastas se convierte en una tienda; hay muchas tiendas que tienen magia. Creo que es de alto riesgo cuando es una tienda en línea, pues el comprador no puede asistir. Pero también depende de cuánta prioridad se le da a esa tienda. Muchas de las casas de subastas que tienen tienda en línea no le piden al Director Internacional que se encargue, sino a alguien más junior. Si yo estoy pagando 20 % a una de las principales casas de subastas, no quiero que me atienda un miembro novato del personal. Quiero el beneficio del valor que la compañía me puede dar. Por eso no soy un buen comprador en línea, ¡no puedes probarte nada!

He expresado abiertamente mis reservas en cuanto a la compatibilidad o a la falta de la misma entre los productos de verdadero lujo y la venta digital. Es interesante que Patek Philippe no venda relojes en línea. También en la moda. No sé si puedas comprar alta costura de Yves Saint Laurent en línea. Creo que hay ciertas cosas que la gente tiene que hacer. Aún tienes que ir por café con amigos. ¿Por qué no te haces un café en casa y usas Skype? Por la interacción personal. Este año hicimos algo completamente opuesto a una venta en línea. Es algo muy chapado a la antigua. Relojes de 100,000, 200,000, 300,000 dólares, piezas que tienes que ver, oler y tocar. Incluso tienes que venir a Ginebra y hablar con un chico bobo que te dirá: “Este es único, este nunca ha sido pulido, este es especial”, pero esa es parte de la experiencia.

 

¿Qué retos ve en su carrera?

Muchos. Creo que el más grande es encontrar especialistas que compartan nuestra visión, que quieran tener entrenamiento o seguir a bordo, que les guste mi enfoque —no digo que yo sea el Philippe Dufour de las subastas, pero soy más tradicional que los demás—, cuando su alternativa es vender relojes de 99 dólares en un duty free. No puedo darles un jet privado, no puedo volarlos en primera clase, ¡así que tienen que amarlo! Es muy anacrónico tener que encontrar al joven de 20 a 25 años que tal vez nunca ha usado un reloj y sólo ha escuchado del Apple Watch, y decirle que se va a quedar hasta la medianoche haciendo un catálogo de relojes mecánicos. Muy anacrónico. Otro reto es seguir al mercado. Si eres un negociante en el mercado de valores lees The Financial Times, Reuters, sigues Bloomberg… la información está ahí. ¿Quién me va a dar la información de los relojes de coleccionistas? Es mucho más difícil encontrar la información, hablar con los coleccionistas. Es trabajo manual. No existe un sitio web que me dé un índice. Así que día a día tengo que aprender qué está pasando en China, en Dubái, en Londres. Tengo que ir y conseguir la información.

 ¿Hay un reto para ustedes con el mercado latinoamericano? Porque ahí todo ha funcionado muy bien con relojes de primera mano, y eso significa que hay conocimiento, dinero y ganas.

Somos tan pequeños que no podemos estar en todas partes. Esta es una start-up. Pero, claro, acabamos de abrir oficinas en Hong Kong. Aún nos quedan muchos lugares.

 

LOS RÉCORDS DE AUREL

 

VENDIDO

Noviembre 2015, subasta Only Watch Ginebra

Patek Philippe 5016A por 7.2 mdd

Reloj de pulsera con el valor de subasta más alto de la historia

AB8Mayo 2015, subasta Phillips Ginebra

Rolex Cosmograph Daytona Ref. 6263 ‘Oyster Albino’ (perteneció a Eric Clapton) por 1.4 mdd

Rolex Daytona con el valor de subasta más alto de la historia

AB3COMPRADO

Noviembre 2014, subasta Sotheby’s Ginebra

Patek Philippe Henry Graves Supercomplication por 24.4 mdd

Reloj con el valor de subasta más alto de la historia

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