Desde los orígenes de Rolex en 1905, Hans Wilsdorf, su fundador, tuvo la inquietud de adaptar el incipiente reloj de pulsera a distintas actividades deportivas, dada su portabilidad y capacidad de precisión. Wilsdorf trabajó durante nueve años en su idea, hasta que en 1914 obtuvo un certificado de precisión, que hasta entonces estaba reservado para los cronómetros de marina. En 1926, la casa inventó el modelo Oyster, y con ello, su relación con el mar se volvió leyenda.
En 1950, la marca se acercó al mundo de la vela al establecer sociedad con el New York Yacht Club (NYYC), responsable de organizar varias competiciones alrededor del mundo. A partir de entonces, Rolex ha sido aliado imprescindible para la disciplina. Por ejemplo, desde 1984 patrocina la Swan Cup, competición que data de 1980 y se realiza cada dos años en Porto Cervo, Italia, con los veleros de la prestigiosa firma Nautor’s Swan, quien ha fabricado poco más de 2,000 barcos desde su fundación en 1966.
La edición número 20 de la Rolex Swan Cup es de suma importancia para los competidores, pues puntúa como primer campeonato mundial de ClubSwan 50, categoría dedicada a la potente embarcación diseñada por el argentino Juan K para conmemorar el cincuentenario de Nautor’s Swan, celebrado en 2016.
Además de dicha competencia, la Rolex Swan Cup también albergará el Mundial de Swan 45 (campeonato cuyo defensor es el español Luís Senís a bordo del Porrón IX) y el Europeo de ClubSwan 42 (que puntúa para el campeonato de Europa ClubSwan 42).
Para reafirmar su pasión y compromiso con el arte de la vela, Rolex dará a cada uno de los ganadores un Oyster Perpetual Submariner, pues lleva en el reverso un grabado especial dedicado a la competición, al tiempo que su excelencia de precisión deja en claro que la casa relojera sabe dominar cualquier mar.