La irreverencia de Romain Jerome no tiene límites. Después de lanzar un tourbillon pieza única con la carátula poblada por los personajes de Pokémon magníficamente esmaltados, ahora presenta dos modelos de un reloj nuevo bautizado como Steampunk Urban Safari.
Lo que a primera vista parece un capricho para llamar la atención, retar los convencionalismos y provocar más de un infarto entre los puristas, es también un ejercicio de reflexión que amalgama expresiones culturales contemporáneas y rompedoras con un oficio de tradiciones tan arraigadas como la relojería.
La colección Steampunk de la marca se llama así por el movimiento del mismo nombre que nació en la literatura de ciencia ficción de la década de 1980 y se ha extendido al cine, el diseño, la moda y el arte, entre otras disciplinas. Se inspira en la estética victoriana, la revolución industrial y las máquinas de vapor, pero con el enfoque futurista de las novelas de Julio Verne y H.G. Wells.
En Steampunk Urban Safari este estilo se une a otro conocido como Sape (Société des Ambianceurs et des Personnes Elégantes), una subcultura de moda arraigada en las ciudades de Kinsasa y Brazzaville en la República Democrática del Congo y República del Congo, respectivamente.
Sape busca replicar la elegancia de los primeros colonizadores de aquella región africana. Con esto la gente de esos países “combate sentimientos de inferioridad fomentados por el colonialismo francés y belga”, según el historiador Didier Gondola en su texto La Sape Exposed!: High Fashion Among Lower-Class Congolese. Tiene profundas raíces históricas y culturales y es una expresión contra el conformismo social y estético, al igual que el steampunk.
El toque Sape del Steampunk Urban Safari es el exuberante patrón de leopardo de la correa de aligátor y los numerales romanos VI y XII. No hay forma de que el reloj pase desapercibido, pues su caja mide 50 milímetros de diámetro. La esfera, como es característico de esta línea, se integra al mecanismo de carga automática Swiss Made.
Los diferentes acabados y elementos del mecanismo, como el perlado, las tuercas o los pistones, crean un efecto de profundidad. El patrón de leopardo fue pintado a mano por el artesano suizo André Martínez.
En la versión sin diamantes, el bisel está hecho en acero oxidado con recubrimiento PVD negro. Este modelo se lanza en una edición limitada a 25 ejemplares.
Para los que quieren algo más exclusivo y llamativo, de la otra referencia se hicieron sólo cinco piezas y en el bisel de oro rojo tiene 285 diamantes engastados.
Ambos guardatiempos ofrecen una reserva de marcha de 48 horas, son herméticos hasta 30 metros e indican horas, minutos y pequeños segundos a las 9 horas. Las manecillas tienen acabado en oro negro o rojo, y la corona es de acero u oro rojo con recubrimiento PVD e incrustación de caucho.