Crystalline Hours inicia una nueva andadura en la trayectoria de éxito de la firma austríaca Swarovski. La firma que hace brillar a las mujeres en el Olimpo fashion y de tendencia, ha ido un paso más allá con el lanzamiento de un reloj que fusiona tendencia, versatilidad y mucho glamour. Para que esta fórmula funcione, han colocado un movimiento mecánico automático en el corazón de la máquina. Swarovski sabe que sus apuestas seductoras no solo vienen envueltas en los mejores cristales del mundo. Se aúnan técnica y estética, el resultado es sublime.
El guardatiempo femenino, además, ha sido posible a la colaboración de un prestigioso diseñador de relojes. Eric Giroud es el cerebro detrás del emocional Crystalline Hours, un reloj de silueta redonda con una caja abovedada de 38 mm que exhibe en su esfera alrededor de 4,000 minúsculos cristales facetados que brillan con un simple giro de muñeca. Habla Giroud, que también estuvo en el proceso creativo de otros modelos de relojes de Swarovski, como D Light y Crystallium: “En Swarovski admiro que son muy reactivos, como algunas grandes marcas de ropa y saben responder a lo que quiere el consumidor“.
Giroud reconoce que la evolución de esta marca es increíble, porque el producto ofrece la respuesta correcta para el consumidor: “Hace 10 años Swarovski vendía 5,000 relojes y este año llegó a 1 millón de relojes. Y el trabajo dentro de la marca es muy fuerte y disciplinado, para mí es un gran placer”, afirma el diseñador de Crystalline Hours y otros proyectos para firmas como Vacheron Constantin o MB & F.
La pieza final evoca algunos relojes de los años 40, con un estilo delicado y elegante. Este objeto de deseo se corona con una correa de cocodrilo blanca en relieve. La caja es de acero con revestimiento de oro rosa y la esfera con 4,000 cristales negros.
Nathalie Colin, directora creativa de Swarovski, se emociona cuando habla de la pieza estrella de 2016: “Cuando comenzamos la fase de diseño, le dimos muchas vueltas a cómo sería posible incorporar el máximo de cristales a una superficie tan limitada sin renunciar a la elegante discreción del reloj”, comienza Colin. Y añade, “finalmente se nos ocurrió la idea de invertir las proporciones y elaborar una caja de reloj transparente que permitiese ver el mecanismo y los cristales tanto desde la parte frontal como desde la parte posterior del reloj. Me encanta la idea de que no todo esté visible a primera vista; añade un toque de misterio”, concluye.
Crystalline Hours es un capricho femenino que promete agitar las aguas de los deseos de las mujeres alrededor del mundo.