Corría 1892 cuando Edouard Heuer registró una patente muy particular, la primera caja estanca en reloj de bolsillo. Desde entonces, el Aquaracer (colección creada por TAG Heuer en 2003) no ha cesado de evolucionar para convertirse en un reloj diseñado para el submarinismo, el mundo del mar y los escenarios con condiciones extremas en general.
Se trata de un con códigos genéticos consolidados: es robusto, hermético hasta 300 metros, con un bisel dodecagonal con 12 facetas, giratorio y unidireccional de cerámica con seis almenas, corona a rosca, amplios marcadores luminiscentes en los índices y en las agujas para una mejor visibilidad y fondo a rosca con una escafandra grabada.
En la edición de 2016, el Aquaracer 300 M Cerámica amplía sus proporciones con una caja más grande de 43 mm (antes era de 41 mm). El bisel de cerámica se ha rediseñado para conferirle un aspecto con más clase con los números grabados y lacados en plata. También encontramos la lupa (reintroducida el año pasado) en la ventanilla de fecha. En el interior se aloja el movimiento automático Calibre 5, preciso y fiable.
Hay dos versiones: una con esfera negra, bisel de cerámica negra y brazalete de acero y otra con carátula azul, bisel de cerámica azul y brazalete de acero.
La esfera está llena de detalles. En negra o azul, resaltan los índices facetados pulidos aplicados a mano con referencias luminiscentes verdes y azules. Las agujas de horas y minutos son también facetadas, pulidas y con toques luminiscentes verdes y azules. La manecilla del segundo está pulida con punta coloreada con SuperLuminovaTM. El logotipo TAG Heuer y Aquaracer están grabados a las 12 horas, igual que el Calibre 5- Automatic a las 6 horas. El brazalete consta de tres hileras de acero pulido y satinado con hebilla desplegable de acero pulido. Tiene botones pulsadores de seguridad y extensión para buceo.