El día que el sol estaba en la línea del Ecuador, cuando comenzaba el otoño bajo el equinoccio, se presentaba este Concept. Es la misma forma precisa y equilibrada con la que Audemars Piguet mira al pasado y al futuro. Este nuevo Royal Oak Concept Tourbillon Volante GMT nacía para recordar que la vanguardia se construye sobre el dominio artesanal sin concesiones.
“Born in Le Brassus, raised around the world”, señala el motto de la casa suiza. El Concept de Audemars Piguet nació en 2002 para conmemorar el 30º aniversario del Royal Oak. Una pieza con ánimo revolucionario y propuesta estética disruptiva.
Este Royal Oak Concept Tourbillon Volante GMT se viste ahora en dos tonos con caja de titanio y carátula azul. La caja combina titanio pulido con chorro de arena y bisel de cerámica gris, materiales que se extienden hasta la corona y el pulsador.
Con una esfera esqueletada, el Royal Oak Concept exhibe como lienzo mecánico el calibre manual de manufactura 2954 con diez días de reserva de marcha. Un movimiento con 348 componentes y 21,600 alt/h. El imponente tourbillon volante a las 9 horas a juego con los contrastes de los puentes azules, también de titanio, con los otros componentes plateados.
El indicador de la función de segundo huso horario se ubica a las 3 h en una placa de zafiro, así como el indicador de posición de la corona a las 6 h. Una poderosa pieza con hermeticidad a 100 metros. Viste correa de caucho azul o negro.
Este nuevo Royal Oak Concept Tourbillon Volante GMT es la última criatura de un linaje en continua evolución. A lo largo de los años, Audemars Piguet convirtió su Concept en una pieza de laboratorio donde ha implementado materiales técnicos, atrevidos looks high-end y desarrollos innovadores de micromecánica.
Del concepto a la realidad
Y del laboratorio donde nacen las piezas que rompen moldes a la realidad. Así nace el nuevo Royal Oak de 41 mm que por primera vez se lanza con tourbillon volante (siempre esta función aparecía en modelos concept) y en tres versiones: oro rosa, titanio y acero. Si hacemos memoria, el primer Royal Oak Tourbillon se presentó para celebrar 25 años del modelo en 1997 y el primer tourbillon volante concept se estrenó en 2018.
El nuevo Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon ahora presume una versión de oro de 18 k de crecimiento galvánico (un proceso similar a la impresión 3D), que ya ha usado la casa relojera para las esferas lacadas de Code 11.59 by Audemars Piguet.
Esta nueva entrega tiene las combinaciones son distintas según el metal de la caja. Acero y esfera azul con decoración Tappiseserie, oro y esfera gris ahumada con el guilloché icónico mencionado y el titanio con carátula gris pizarra con chorro de arena.
Todos laten con el calibre 2950, un movimiento de cuerda automática que hace tictac a 21,600 alt/h y ofrece 65 horas de reserva de energía. Esta función de Audemars Piguet tienen la particularidad de que el tourbillon carece de puente y que sostiene gracias al apoyo en la parte trasera del mecanismo.
Volar en un cielo estrellado
Este calibre 2950 ya se estrenó en la colección Code 11.59 by Audemars Piguet. De hecho fue la segunda vez que un modelo de la casa incluía esta función. Ahora, se renueva con una nueva apariencia que hace brillar aún más la complicación en la esfera. El nuevo diseño de la carátula combina el esmalte Grand Feu con el cristal de aventurina en un efecto de cielo estrellado.
Los relojeros de la manufactura han revestido la esfera de oro con una fusión de polvo de cristal de aventurina y esmalte. Sobre el polvo de aventurina se aplica una finísima capa de arena de cristal con agua, que se cuece a más de 800 °C en un horno especial.
El procedimiento se repite varias veces. La jaula del tourbillon volante a las 6 horas también presenta un sutil toque de oro rosa. El complejo cristal de zafiro de doble curvatura realza el efecto de cielo estrellado de la esfera. Una mirada fascinante al universo.
La versión de oro rosa, se completa con la variante de oro blanco que muestra una esfera de efecto ahumado degradado que se logra añadiendo cristal de aventurina azul y negro al esmalte. En sintonía con el color de la caja, la masa oscilante esqueletada, visible a través del fondo de cristal de zafiro, es de oro rosa de 22 quilates rodiado. Las cajas de oro de ambos modelos alternan superficies satinadas y pulidas que destacan la arquitectura de un diseño que fusione un bisel extraplano, una carrura octogonal, fondo de la caja redondo y asas estilizadas.
Una trilogía volante nacida en Le Brassus que hipnotiza con el poder y la seducción de la mecánica de altos vuelos.
Texto: Leslie López/Yolanda Ruiz