Quizá el término repetición de minutos te sea bastante familiar, pero ¿qué tal la repetición de horas? Esta rareza mecánica, perteneciente a la familia de las sonerías, sólo es dominada por las casas de mayor tradición, como Louis Moinet, quien echa mano de sus 250 años de historia para colocar la complejidad en un reloj llamado Ultravox.
El reloj, cuyo lanzamiento coincide con el aniversario de la compañía, no sólo es dueña de la repetición de horas, sino que además presume su complejidad: la carátula esqueletada nos deja ver lo hipnótico del mecanismo: los barriles, niveladores y el martillo se mueven a través de la esfera con una armonía llena de belleza.
Respecto a la complicación, ésta hace sonar el reloj cada hora a través de golpes (según el número indicado, puedes escuchar de uno a doce martilleos) sobre los gongs colocados alrededor del movimiento. Para lograrlo, la casa tuvo que diseñar una base especial, donde más 50 joyas ayudan al funcionamiento de los diversos componentes que producen sonido.
El Ultravox, creado en conjunto con Eric Coudray (ganador del Gaïa Prize), está limitado a 28 unidades por año… aunque quizá se quede en ese número, ya que la complejidad que requiere la construcción del reloj parece un gran obstáculo para lanzar una tanda cada ciclo anual.
Diámetro es de 46.5 mm, caja de oro rosa y pulsador a las 8 h para silenciar, si así lo deseas, la sonería de esta joya, un auténtico puente entre el conocimiento clásico y la estética moderna.