Zenith dio un golpe de proporciones históricas en Baselworld con el lanzamiento de la nueva generación de su calibre El Primero, el legendario mecanismo de cronógrafo automático que en 1969 se reveló capaz de medir las décimas de segundo gracias a su elevada frecuencia de 36,000 alternancias por hora (5 Hertz).
Después de dos años de aquel lanzamiento, Defy El Primero 21 ha presentado su última versión en titanio reafirmando toda la potencia cronométrica de la última colección de la manufactura de Le Locle. El Primero se convirtió en sinónimo de precisión y potencia mecánica, y sobre sus hombros Zenith confirmó un prestigio de por sí sólido como fabricante que se remonta a su fundación en 1865, cuando Georges Favre-Jacot estableció la considerada primera manufactura relojera industrial en Suiza, donde reunió los distintos oficios del sector bajo un mismo techo.
El nuevo producto fue bautizado como Defy El Primero 21 y está equipado con el movimiento El Primero 9004. Representa una reingeniería extrema para adaptar este icono al tercer milenio. Es 10 veces más rápido y preciso que su antecesor, pues late a una frecuencia de 50 Hertz (360,000 alt/h e indica las centésimas de segundo por medio de una aguja central que da una vuelta entera a la esfera cada segundo.
Desde un principio ha sido desarrollado con el objetivo de industrializarlo, por lo que su diseño ayuda a simplificar el montaje. De ahí el nacimiento de este nuevo modelo en titanio. El mecanismo, de carga automática, mide 32 milímetros de diámetro por 7.9 de grosor contra los 30 x 6.50 milímetros del original. Tiene 203 componentes en lugar de 278. Esto significa que ejecuta funciones más complejas con menos piezas.
Zenith Defy El Primero cuenta con dos cajas de engranes independientes: una para la indicación horaria y otra para el cronógrafo. Cada una tiene su propia transmisión y sistema de escape, y no hay un embrague de acoplamiento. Como en El Primero original, el volante del reloj oscila a 36,000 alt/h y ofrece 50 horas de reserva de marcha. Como se mencionó antes, el volante del cronógrafo oscila a 360,000 alt/h; en este caso, la autonomía es de 50 minutos.
Es una pieza con certificado de cronometría COSC. Las espirales han sido hechas con una matriz de grafeno (nanotubos de carbono), cuyas propiedades las vuelven insensibles a los cambios de temperatura y a la influencia de los campos magnéticos. Zenith asegura que es una tecnología patentada. El grafeno lo vimos por primera vez en relojería hace unos meses en el RM 50-03 McLaren F1 de Richard Mille, aunque en ese caso fue en una caja y no en componentes del mecanismo. Y cuenta con un sistema patentado de control de reinicio del cronógrafo, compuesto por tres núcleos y un mecanismo de arranque que garantiza el reinicio simultáneo de los segundos, las décimas y centésimas de segundo. Un rotor calado en forma de estrella recortada carga la cuerda automática de la función del reloj.
Y más allá de su sobresaliente desarrollo técnico, a nivel estético también hay un modelo de carátula cerrada donde la configuración de la esfera de Defy El Primero 21 despliega segundero pequeño a las 9 horas, totalizador de 30 minutos a las 3, segundos y décimas de segundo a las 6. Presenta indicación de reserva de marcha del cronógrafo a las 12 horas.
La colección ya es una verdadera familia sólida. De los modelos presentados, la carátula esqueletada gana protagonismo. En todos, el segundero tiene forma de estrella, las agujas tipo bastón son luminiscentes y los contadores recuperan los colores azul y gris antracita de El Primero de 1969. La caja de asas cortas y 44 milímetros de diámetro en titanio o aluminio ceramizado se inspira en modelos El Primero originales.
Detrás de este lanzamiento, destinado a unir pasado y futuro, se nota la mano de Jean-Claude Biver en el momento que adoptó el puesto interino de CEO tras la salida de Algo Magada. El mago de la relojería, ya en retaguardia, dejó otra de sus grandes aportaciones a la historia moderna.