Con el Salon International de la Haute Horlogerie 2017 a la vuelta de la esquina, las casas relojeras presentan desde ya las relojes que deslumbrarán al mundo. Un infaltable a la cita es Cartier, que alista tres guardatiempos de impacto (dos masculinos y uno femenino) dispuestos a conquistar Ginebra. Tres novedades ancladas en la técnica superlativa de su ADN relojero y estético. El desfile comienza antes de que se puedan ver en vivo y en directo en enero en Ginebra.
El primero de ellos es el Rotonde de Cartier Répétition Minutes Double Tourbillon Mystérieux, donde la casa fusiona por primera vez su patentado doble tourbillon misterioso con una de las complicaciones más desafiantes en la relojería: la repetición de minutos. Este mecanismo de cuerda manual se mantiene fiel a las tradiciones estéticas de los relojes misteriosos, cuya historia se remonta hasta 1912, pero con una interpretación contemporánea. Por ejemplo, su tourbillon volante, capaz de efectuar una rotación completa en 60 segundos, genera la ilusión de estar desconectado del movimiento ya que aparenta estar flotando en el aire. Al mismo tiempo, el espectáculo del doble tourbillon misterioso descentrado, colocado entre las 9 y 10 h, resulta tan impresionante como la repetición de minutos con martillos visibles a las 6 h.
En cuanto a su construcción del movimiento, fue pensada para optimizar su calidad: caja de titanio de 45 mm, reserva de marcha de 3.5 días, agujas con forma de espada en acero rodiado, cristal de zafiro, resistencia al agua hasta de 30 m, correa de piel de aligátor negra y versiones de titanio, platino con bisel de diamantes y platino con carátula y bisel de pavé de diamantes, limitado a 50, 30 y 20 piezas respectivamente.
Otra novedad es el Rotonde de Cartier Skeleton Mysterious Hour con la fusión inédita de un trabajo esqueletado en un movimiento manual misterioso, dos de los elementos más icónicos de la Maison. A pesar de su aparente contradicción (¿cómo mantener el misterio si la esfera es esqueletada?), esta pieza se las arregla para mostrar sólo lo necesario, apenas una insinuación seductora que invita a adentrarse en su enigma, pues si bien muestra gran parte del movimiento, mantiene en secreto la conexión entre éste y el disco de zafiro que mueve las indicaciones de horas y minutos. Late con movimiento calibre 9983 MC y tiene reserva de marcha de 48 horas. Su caja es de paladio y mide 42 mm, resistencia al agua de 30 m, cristal de zafiro y correa de piel de aligátor negra.
La apuesta femenina es Panthère Jouese. Este guardatiempo está inspirado en la pantera, animal que se convirtió en la mascota de Cartier gracias a la legendaria Jeanne Toussaint, quien a principios del siglo XX introdujo al felino como parte del imaginario de la compañía.
Lo primero que destaca es la ausencia de manecillas. El rol del minutero lo lleva la cabeza y la pata de la pantera colocada en la carátula, mientras que las horas son señaladas por una esfera de diamantes que parece ser perseguida justamente por la garra. El principal reto de crear algo así, es que tanto la esfera como la pantera (ambas en oro blanco de 18 quilates con diamantes) agregan mucho peso al movimiento, por eso la casa relojera ha alojado en el modelo un nuevo calibre, que se mueve como uno con el cuerpo de la pantera para llevar este teatro en miniatura a la vida. El reloj se transfigura por la presencia de la pantera y el mecanismo oculto que marca el paso del tiempo en un juego sin fin.
La caja es de oro blanco y 40 mm tiene bisel y asas de diamantes. El movimiento es el calibre 9918, con 48 horas de reserva de marcha. La correa es de piel aligátor blanca. La esfera destaca con una pantera de ojos de esmeraldas y cuerpo de diamantes con manchas de esmalte negro.
