La colección Métiers d’Art de Vacheron Constantin se ha convertido en un clásico instantáneo de la relojería gracias a la maestría que la firma ha desarrollado en cuanto a la parte estética, pues cada reloj perteneciente a esta línea posee los méritos suficentes para ocupar la sala de cualquier museo.
Hoy la casa presenta un nuevo episodio de esta apasionante saga con los relojes Métiers d’Art Villes Lumières, los cuales son un viaje nocturno por encima de tres de las ciudades más emblemáticas del mundo, a través de un mismo número de relojes que nos permiten explorar, desde un ángulo aéreo, la belleza urbana de estas metrópolis.
El vuelo luminoso comienza en Ginebra, cuna de la más alta y fina relojería, al tiempo que es el lugar donde el arte de la pintura miniatura sobre esmalte alcanzó su máximo grado de perfección. Vacheron Constantin nación en el corazón de la ciudad, justo donde los artesanos desarrollaron su quehacer: el distrito de St. Gervais, por lo cual no es casualidad que el viaje inicie en este punto.
Luego sigue París, la “Ciudad Luz”, punto que por décadas ostentó el título de capital cultural del mundo. Favorita de escritores, filósofos, pintores y demás artistas, la capital francesa es conocida por su inimitable elegancia y estilo. La vista áerea parisina remarca lugares icónicos, como la Place de l’Étoile, o bien, la impactante belleza de los Champs-Elysées. Por supuesto, no podía faltar una representación de la Torre Eiffel, quizá el símbolo de luminosidad más importante en el mundo.
Finalmente, Vacheron Constantin arriba a Nueva York, la ciudad que nunca duerme, una de las urbes que mejor representa el ideal de los sueños convertidos en realidad. La pieza dedicada a la Gran Manzana, contiene la representación de grandes rascacielos y puntos clave como Central Park, el Río Hudson y Brooklyn.
Para cumplir esta misión, el tradicional esmalte champlevé de Grand Feu se mezcla con polvo precioso aplicado a mano, un arte nunca antes utilizado en la relojería fina. La belleza sorprendente y realista de estos relojes abre nuevos horizontes artísticos y creativos, donde las habilidades tradicionales se nutren constantemente de nuevas influencias. Esta técnica fue ideada por el artista japonés Yoko Imai, invitado de la casa a colaborar en estos guardatiempos llenos de sofisticación.
Cada pieza cuenta con el Calibre 2460 SC, desarrollado y manufacturado in-house, así como 40 horas de reserva de marcha, indicaciones de horas, minutos y segundos centrales, caja de oro blanco de 18 quilates, 40 mm de diámetro, cristal de zafiro, resistencia al agua de hasta 30 m y correa de piel de aligátor Black Mississippiensis.