La asociación entre el automovilismo y la alta relojería tiene varios capítulos de leyenda. La medición precisa del tiempo resulta vital para el deporte motor. Uno de los episodios más destacados tiene como protagonista a la firma TAG Heuer, quien en 1962 lanzó el modelo Autavia, nombre proveniente de la contracción de las palabras “automóvil” y “aviación”, en un claro alarde de pasión por la velocidad.
Para celebrar el 55 aniversario de este icono, TAG Heuer rescata uno de los favoritos del público (no sólo es codiciado por coleccionistas, sino que fue elegido vía internet de entre 16 modelos para ser revivido), pero no sólo como una simple reedición, sino con añadidos que lo transforman en un reloj moderno a la par que fiel a sus raíces.
Más imponente que su antecesor, el diámetro de su caja creció de 39 a 42 mm en acero pulido, con un bisel graduado de 12 horas construido en aluminio negro, así como un movimiento cronógrafo de manufactura calibre Heuer-02, que garantiza una reserva de marcha de 80 horas.
En cuanto a su look, permanece fiel a las líneas sencillas y robustas de su antecesor, aunque con detalles que le otorgan modernidad, como la fecha en ventanilla a las 6 h y fondo de cristal de zafiro. Para darle ese aire vintage se diseñaron pulsadores tipos seta, corona acanalada y correa de piel de becerro envejecida (si se prefiere, existe una versión con pulsera “granos de arroz” en acero de 7 hileras).
Esfera negra opalina, tres contadores blancos azulados (cronógrafo de minutos a las 3 h, cronógrafo de horas a las 9 h y pequeño segundero a las 6 h), índices rodiados y hermeticidad de 100 metros. Cuenta con tres inscripciones: logotipo “Heuer” y grabado “Autavia” a las 2 h, así como la leyenda “Heuer-02” a las 6 h.