La historia del Fifty Fathoms de Blancpain tiene dos raíces: por un lado, la de Jean-Jacques Fiechter, CEO de Blancpain de 1950 a 1980 y apasionado de los mares. Por otro, las andanzas de Robert Maloubier y Claude Riffaud, fundadores de la unidad de nadadores de combate de la marina francesa.
Fiechter, pionero del buceo deportivo, sabía por experiencia propia que la vida de un buzo dependía de la fiabilidad de su reloj, por lo cual era necesario resolver los desafíos que planteaba la medición del tiempo bajo aguas. Para garantizar la hermeticidad de la pieza, Jean-Jacques inventó un dispositivo en el cual el “O-Ring” que se instalaba en la ranura con un disco metálico capaz de evitar cualquier fuga, por pequeña que fuera. Tiempo después, resolvió el problema de la legibilidad a partir de un bisel rotatorio unidireccional, primicia mundial que garantizaba seguridad al explorar el océano.
Paralelamente, Bob Maloubier y Claude Riffaud, si bien disfrutaron las maravillas de los primeros Fifty Fathoms, guardatiempos dotados con las innovaciones de Fiechter, siguieron preocupados por la hermeticidad, lo cual los llevó a diseñar una pastilla que señalara cualquier fuga. Fue tal el éxito, que Blancpain incorporó dicha invención en el Fifty Fathoms MIL-SPEC 1, el cual sería adoptado por la marina estadounidense como un reloj de buceo excepcional.