Durante muchos años, Maximilian Büsser se dedicó a sacudir la estética clásica de la alta relojería con sus radicales diseños, los cuales fueron adoptados por casas como Jaeger-LeCoultre y Harry Winston, hasta que en 2005 rompió definitivamente las cadenas y fundó su empresa, MB&F (Maximilan Büsser & Friends).
Desde el día uno, Büsser dejó claros los principios de la nueva firma: unir a los mejores relojeros independientes para crear artefactos únicos capaces de medir el tiempo de manera precisa. Dichas piezas fueron nombradas Horological Machines, las cuales van desde un robot con dos caras hasta un cohete espacial.
A pesar de que estas máquinas se colocaron rápidamente en el gusto del público y la crítica, en 2011 MB&F decidió quemar las naves otra vez y regresar a los códigos tradicionales de la alta relojería, pero siempre con un toque de rebeldía e innovación. Así nació la Legacy Machine Nº1 (LM1), que rompió las convenciones, pero con un pie bien anclado en lo clásico.
Hoy, en un nuevo gesto de provocación, la casa comandada por Büsser decide cerrar la (corta) historia del LM1 con un último capítulo: Legacy Machine Nº1 Final Edition, pieza cuya caja está realizada totalmente en acero, hecho sin precedentes en esta familia. Por su parte, la esfera, oscura y de tonalidad chocolate, es un homenaje a ediciones pasadas.
Limitada a 18 piezas, la nueva creación de MB&F cuenta con un movimiento tridimensional de cuerda manual desarrollado en exclusiva por Chronode, mientras el diseño de los puentes y acabados corrió a cargo de Kari Voutilainen, los cuales deslumbran en un cristal abombado.
Tiene reserva de marcha de 45 horas, acabados a mano basados en el diseño relojero del siglo XIX, decoración Côtes de Genève, bisel pulido, funciones de horas y minutos, dos zonas horarias presentadas en dos pequeñas sub-esferas, coronas a las 4 y 8 h para ajustar los husos horarios… La caja mide 44 mm de diámetro y tiene correa de piel aligátor marrón o negra cosida a mano.