Lindbergh y Longines: 90 años de un vuelo histórico

El 21 de mayo de 1927, un joven de 25 años, Charles Lindbergh, hacía descender su avió ‘Spirit of St. Louis’ en el aeropuerto de Le Bourget, cerca de París, Francia. Este viaje, el cual se completó luego de 33 horas de vuelo sin escalas, lo convirtió en el primer piloto en solitario capaz de cruzar el Océano Atlántico de este a oeste.

Esta auténtica proeza (el hoy mítico ‘Spirit of St. Louis’ era un aparato que carecía de frenos y que ofrecía una vista delantera muy precaria) se convirtió en un hecho histórico dadas sus consecuencias inmediatas: por primera vez América y Europa podían unirse por un medio no exclusivamente marítimo.

Hay que señalar que la travesía heroica de Charles Lindbergh contó con distintos aliados, entre los cuales destaca Longines, firma relojera que era Cronometrador Oficial de la Federación Aeronáutica Internacional y participó en la homologación de los tiempos al cronometrar el vuelo y agregarlo a la lista de récords aéreos.

A partir de ese momento, se generaría una estrecha colaboración entre el piloto y la empresa, pues desarrollaron en conjunto el reloj de ángulo horario de Longines (Lindbergh fue el encargado del diseño), emblema histórico de la compañía, pues se logró que determinara con precisión la longitud en vuelos de larga distancia.

Nueve décadas después, Longines conmemora este hito en su historia con la presentación de una pieza limitada a 90 ejemplares, reedición de su legendario reloj: The Lindbergh Hour Angle Watch 90 Anniversary.

Este modelo cuenta con un diámetro de 47.5 mm, el cual facilita la legibilidad y manipulación, asuntos que resultaban vitales para los pilotos en los años 20. Provisto de un bisel giratorio que permite la corrección de la ecuación del tiempo, integra una esfera central giratoria para la sincronización al segundo exacto, además de indicar horas, minutos, segundos, ángulo horario en grados y minutos de arco.

Su esfera plateada cepillada indica la hora a través de minutería tipo ferrocarril y números romanos pintados, mientras exhibe una escala de 180º para calcular longitudes. La sincronización del segundo con la señal horaria emitida por radio es posible gracias a una esfera central giratoria galvánica negra. Su caja de titanio con corona grande en acero facilita los ajustes y el remonte. En su interior late un movimiento automático calibre L699. Se presenta con pulsera de piel color marrón estilo aviador con extensión para fijar el reloj a cualquier chamarra estilo piloto.

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