Bell & Ross presenta un nuevo tratamiento original del titanio con nuevo tono verde acorde al espíritu militar. BR-X1 Military es la última pieza más innovadora de la firma. Ser soldado es sinónimo de valentía, compañerismo y patriotismo. Todos ellos son valores que Bell & Ross asumió como propios desde los inicios de la marca, desde el primer momento muy vinculado al entorno militar tanto en la estética de sus relojes como mediante asociaciones con grupos especializados de élite.
Después del éxito de la colección Instrument BR, al dúo creativo y empresarial formado por Carlos Rosillo y Bruno Belamich el éxito les pedía hacer algo más fuerte y arriesgado, como le ocurre al soldado que saca fuerzas para combatir de la adrenalina que invade su cuerpo. Por esta razón lanzaron al mercado en 2014 la serie BR-X1, cronógrafo de concepción y construcción más elaboradas que las que encontrábamos en la colección madre de la firma.
El BR-X1 es a la vez llamativo y funcional del mismo modo que lo es un caza supersónico o un bólido de Fórmula 1. Todo componente de la caja, y tiene unos cuantos, está ahí por una razón lógica, comenzando por la carrura que protege al movimiento de golpes externos, los pulsadores basculadores diseñados para ser manejados incluso con los guantes puestos, inserciones laterales de caucho para permitir un mejor grip en el uso, el minutero del cronógrafo con la aguja en forma de hélice, acabando en el reconocible fondo plano de titanio, convertido ya en seña de identidad de la marca, cuya sólida presencia queda apenas rota por una pequeña ventana que accede al órgano regulador del calibre.
Todos los BR-X1 son llamativos. Más que sorpresa, nos extrañaba que no existiera hasta ahora una edición especial Military que fortaleciera de manera evidente ese vínculo de Bell & Ross con la carrera militar. Se ha hecho esperar, pero el resultado es francamente irreprochable. La edición parte del concepto stealth ya desarrollado en anteriores entregas que describe una pieza camuflaje como si fuera un caza fantasma. Su puesta en marcha se beneficia del carácter modular de la pieza, muy complejo en su sistema de ensamblaje, pero sensiblemente más sencillo a la hora de elaborar las piezas dado su menor tamaño y estandarización.
El elemento más destacado del modelo es el acabado caqui mate de la caja, para la cual se ha usado el titanio. La marca incide que no es una aleación normal, sino que se trata de un titanio alterado durante su proceso hasta obtener ese característico verde militar y un grado adicional de resistencia a los arañazos en su superficie. A juego con la caja de High-Resistance Titanium encontramos el tratamiento luminiscente ultrabrillante (Superluminova C3) de la carátula, en tono verde, como no podía ser de otro modo.
Todos los elementos de aparecen desplegados sobre una superficie de zafiro tintado para mejorar su legibilidad, aunque lo suficiente transparente para poder vislumbrar los componentes del movimiento automático. No falta tampoco el puente superior en forma de X que tienen en común todos los cronógrafos BR-X1 desde la primera entrega. Se completa con una correa de caucho perforado que redunda en la idea de reloj muy técnico y ligero de origen especializado. BR-CAL.313 es una base ETA 2892 modificado con un módulo cronógrafo Dubois-Depraz. Una edición limitada de 250 piezas.