Robert Greubel y Stephen Forsey se caracterizan por sus investigaciones e innovaciones, una se ellas es el Double Tourbillon 30°, un proyecto que se concretó en 2004 y que ahora presentan en una caja de cerámica en color azul, un material que por primera vez incluye en su colección la firma, pero también se encargaron en rediseñar su corazón al incluir piezas de zafiro, el resultado es algo diferente pero agradable a la vista.
Una edición especial de solo 11 piezas disponibles para el mercado estadunidense, que se montaron en una caja amplia 48.40 x 17.77 mm, su corona también es de cerámica azul con el grabado de las siglas GF. Diseño que rompe un poco con el estilo clásico de la marca, pero que ahora el Double Tourbillon 30° Technique da un aspecto más de vanguardia, nada mal para adaptarse a las nuevas tendencias.
Pero la estrella es su movimiento, el cual integra elementos de zafiro como el que se usó en el puente del tourbillon que se amplía por el cuadrante inferior, además de permitir el paso de más luz, de ahí la impresión de que su regulador vuela, sin embargo permanece anclado.
El Double Tourbillon 30° ganó el primer lugar de Concours International de Chronométriem, al obtener 915 puntos de 100 posibles, con una tasa de tiempo promedio entre 0.3 y 0.8 segundos por día. También fue distinguido con el Premio Complicated Watch en el GPHG en 2009. En 2010, el Double Tourbillon 30° Historique, se llevó a casa la Aiguille d’Or en el GPHG de ese año.
Como vemos su doble tourbillon tiene una precisión cronométrica sorprendente. El mecanismo se instala dentro de una jaula que gira una vez cada cuatro minutos, existe una más que alberga la rueda de equilibrio y la espiral, que se ubican a 30° en relación con la jaula de cuatro minutos.
Su segunda jaula completa una revolución en un minuto. Una maquinaria que late con cuatro barriles montados coaxialmente que producen una frecuencia de 21,600 alt/h, para generar una reserva de energía de 120 horas, las cuales se indican en su medidor en color azul ubicado a las 3 h en su esfera de zafiro.
La visibilidad de sus funciones de horas, minutos y pequeños segundos proporcionan un espectáculo agradable, gracias a sus amplias agujas con punta de flecha que resaltan sobre su esfera transparente, que incluyen de subesferas de rayos solares azules. La complicación también se hizo presente al momento de ensamblar el reloj, ya que se necesitaron herramientas especializadas para terminar cada pieza.
Una vez dominado el tourbillon, Robert Greubel y Stephen Forsey han seguido investigando y reinterpretando otros mecanismos relojeros: la indicación simultánea de varios husos horarios.