Una mirada absoluta al infinito, la tentadora emoción de la belleza descubierta sin límites. Girard-Perregaux presenta Quasar Light, máxima mecánica elevada a la mínima mirada que pueda captar la transparencia extrema. Si la firma histórica se inspiró en la arquitectura para la conformación estructural de su clásico mecanismo tres puentes con flechas “Neo”, la surrealista casa de cristal de André Breton puede ser el escenario ideal de esta nueva pieza de Girard-Perregaux.
Es la misma perspectiva que ofrece una “infinity pool” frente al abismo océanico, pero en tres puentes y con un bello tourbillon para hacer más ligero el principio de gravedad. La visibilidad total y la plenitud emocional de la infinitud. El cuásar es la poderosa fuente de energía de un cuerpo celeste lejano en el universo, una potente radiación equivalente a un billón de soles. Tras la presentación de Quasar con puentes en titanio y tratamiento PVD bajo la filosofía “Earth to Sky” el año pasado, la nueva edición utiliza para el cristal de zafiro para caja y los puentes y rutenio para el barrilete, un material de brillo diamantino refulgente —metal poco común de la familia del platino—.
A nivel técnico, también el tourbillon flota en la nueva caja creada a partir de un único disco de cristal de zafiro. La jaula del tourbillon —79 piezas con un peso de solo 0,250 gramos— incorpora un sistema de cuerda automática unidireccional con un microrrotor en oro blanco que luce un águila grabada, el sello distintivo de la manufactura. Todo un homenaje escultural a la transparencia extrema que exigió más de 200 horas de trabajo.
El desarrollo creativo permite la vista integral del guardatiempo gracias al cristal de zafiro tipo “box” sobre una caja con el fondo también transparente. Girard-Perregaux ha utilizado tres veces más material de zafiro que lo empleado habitualmente para lograr este brillo singular que combina pulido químico y con diamante —el único mineral más fuerte que el propio zafiro—.
Quasar Light monta el calibre de manufactura GP09400-1128. Una evolución mecánica de diversos principios que van desde la patente de 1884 con la creación de tres puentes sobre la esfera esqueletada hasta el Neo-Tourbillon de 2015. Es un movimiento que late a 21 600 alt/h y aporta 60 horas de reserva de marcha para las funciones horas, minutos y tourbillon con pequeño segundero. Llega con una correa de tejido gris y efecto metálico y se entrega otra correa adicional de aligátor negra. Una guadatiempo de 46 mm y con hermeticidad a 30 metros. Para mayor visibilidad, sus agujas de oro blanco tipo dauphine y esqueletizadas cuentan con material luminiscente. Una edición limitada a 18 piezas.