Un nuevo Carrera para una nueva época. TAG Heuer celebra 160 años —fue fundada en 1860 en Saint-Imier— y reedita su “instrumento de vanguardia” legendario para perpetuar aún más la fiebre por los cronógrafos clásicos. Carrera es uno de los ‘Big Three’ de la histórica firma —Autavia, Carrera y Monaco—. La década de los 60 fueron años realmente productivos para la firma de La Chaux-de-Fonds.
Jack Heuer, la cuarta generación de la familia fundadora, había tomado el mando de la compañía en 1958 y evitó la venta de la compañía Heuer S.A. a Bulova en 1961. Bajo este impulso comercial y un vivo ánimo regenerador, tuvo lugar la revitalización de la producción de los cronógrafos deportivos, además de contadores y tableros para el deporte motor. Fue la verdadera época dorada de la maison con nuevos diseños de vanguardia que dominaron en el escenario mundial del rally. El Carrera nacía en 1963 y puede ser considerado el primer cronógrafo cuya creación surgía realmente del trasfondo romántico de los pilotos y su amor al peligro.
Un diseño puro, limpio y moderno que no necesita mayores retoques. El lifting apresurado de un icono hubiera resultado superfluo a tenor de unos elevados principios ya reconocibles. Jack Heuer había confesado que para la concepción del Carrera tomó elementos estéticos del pop art y la desnuda y sensual geometría de la arquitectura de Oscar Niemeyer, así como de la fuerza visual de la sencillez de la silla de Eero Saarinen.
Puro dinamismo para el alma de un crono. Desde la más refinada ortodoxia, la marca opta por una reedición que luce fresca y mantiene sus buenas proporciones. Con 44 mm, la caja de acero presenta asas más cortas y cómodas. La estética general del reloj luce elegante. Se ha logrado una mejor integración del cristal de zafiro antirreflejo con forma de domo. Y el ligero bisel de cerámica con taquímetro refuerza su look deportivo. Como pequeños detalles significativos de la carátula, se observa la nueva esfera con acabado cepillado (circular) y los índices inclinados ligeramente hacia el centro de la esfera.
Mantiene el diseño tri-compax del Carrera original de los años 60, pero la distancia entre los contadores es mayor, así como el tamaño de las subesferas —a las 3 horas, el contador de los minutos; a las 9, el contador de las horas; y a las 6, el contador de los segundos alternativo a la trotadora central—. Una legibilidad óptima que suma también la discreta ventana de fecha en el subdial inferior.
El nuevo TAG Heuer Carrera Sport presenta un brazalete con eslabón en H y cierre desplegable de seguridad con dos pequeños pulsadores. Hay tres modelos: en color negro, azul y verde. Y llega una cuarta versión de acero con carátula negra y detalles de oro rosa que viste correa de aligátor. Junto a este lanzamiento, desde el headquarter de La Chaux-de-Fonds anuncian una segunda versión que será presentada en septiembre. Pasión vintage que no se recrea únicamente en la melancolía.
Banco de pruebas
El valor más relevante de esta reedición obedece a la incorporación del calibre Heuer 02 a la colección. Desde su creación a principios de los 60, el Carrera fue concebido como un “tablero de competencia para la muñeca” de alta precisión, el instrumento diseñado para satisfacer las demandas de los mejores pilotos del mundo. Entonces usaban el Carrera las grandes leyendas del automovilismo como Jo Siffert, Jackie Ickx, Clay Regazzoni, Jody Scheckter, Alain Prost y muchos más —era el guardatiempo oficial de la Scuderia Ferrari—. La marca se había convertido en gran patrocinador de competencias y logró generar, por primera vez en el seno de la industria relojera, el moderno espíritu racing que ahora vibra ostensiblemente en la generalizada asociación de las firmas con el universo del automovilismo y la F1. Velocidad, seducción masculina y el poder del triunfo.
Fiel a sus raíces y a la máxima exigencia técnica del deporte motor, el movimiento Heuer 02 es un desarrollo completamente interno de TAG Heuer y otro ejemplo más del compromiso de la firma con la innovación. Podemos considerar el Carrera como un verdadero banco de pruebas donde la marca desarrolló grandes apuestas técnicas. Primero, el honorable Calibre 11 (Chronomatic) de Heuer, que desde el año 69 se convirtió en uno de los cronógrafos automáticos más confiables en el mercado. Más reciente fue el Carrera 1887, ganador de Le Petite Aiguille del Gran Prix d’Horlogerie de Genève justo hace 10 años. Y le seguiría un año más tarde la hazaña del Carrera Mikrograph, que recuperaba el fascinante mecanismo de 1916, ahora con dos volantes y dos escapes a 28,800 y 360,000 alternancias por hora. El actual calibre Heuer 02 que se emplea para esta reedición, inicialmente lanzado en 2017, fue una evolución del Heuer 01 presentado en 2009. Una apuesta para equipar a todos sus relojes con calibres in house. La manufactura de Chevenez de TAG Heuer ha logrado implementar la eficiencia, reducir el grosor del movimiento y mejorar la capacidad de marcha. El resultado es este calibre que suma 80 horas de reserva de marcha —30 horas más que su predecesor— y reduce su tamaño hasta los 6.95 mm —frente a los 7.30 mm—.
Un mecanismo automático con función cronógrafo de 168 componentes, frecuencia a 4 Hz (28,800 alt/h) y rueda de columnas y embrague vertical. La visión de los ingenieros, comandada por Guy Sémon —nombrado director del Instituto de Investigación de Relojería del grupo LVMH— permitió el diseño de una pieza más confortable con la consiguiente mejora de la funcionalidad y la precisión del cronógrafo.
Con nombre propio
Uno de los episodios más significativos para los aficionados y coleccionistas es la historia del nacimiento del propio nombre “Carrera”. Si en la etimología de las palabras se encuentra la verdad, podemos afirmar que TAG Heuer le debe su célebre cronógrafo a México: Carrera Panamericana Mexico Road Race, la competencia automovilística más dura del mundo. “Pedro Rodríguez fue el primero que me habló de esta carrera. Lo recuerdo perfectamente, fue durante un descanso de las 12 Horas de Sebring, donde yo era el cronometrador oficial”, cuenta Jack Heuer en sus memorias The Times of My Life.
La Carrera Panamericana había nacido para celebrar la inauguración de la recientemente creada carretera Panamericana y fue organizada por el presidente de la República Miguel Alemán, quien era aficionado al mundo motor. Jack Heuer apuntó el nombre sin dudarlo, puesto que su amigo Fangio había ganado la mítica carrera en 1953. “Solo el nombre de la competición ya me inspiraba. Me parecía dinámico, elegante, cargado de emoción y, lo que también es importante, fácil de pronunciar en todos los idiomas. Entonces supe que mi nuevo cronógrafo era el tributo perfecto a esa leyenda”. El bautismo del reloj tenía a los hermanos Rodríguez como padrinos. Y así nacía el Carrera. “Sobrio, sencillo, deportivo, sin ornamentación, clásico y atemporal”, en palabras de su creador. El mismo estilo que se consagra con la reedición.
TAG Heuer celebra 160 años con este nuevo Carrera Sport y, además, la designación de Frédéric Arnault como CEO de la maison —uno de los más jóvenes en la industria—. El futuro puede esperar cuando la marca ya está preparada para conquistarlo. (Texto: Leslie López).