Relojes y arte: nuevos puntos de encuentro

El artista argentino Felipe Pantone interviene la manufactura Zenith y muestra que la colaboración artistas-relojeros va más allá de las esferas de las piezas.

Nacido en Buenos Aires, en 1986, pertenece a esa primera generación en habitar dos mundos: el físico y el digital. Cuando estudió arte, por lo tanto, optó por llevar las maravillas de la digitalización a los espacios materiales, en la medida de lo posible. Comenzó haciendo grafitis al sur de España, en Torrevieja y luego empezó a jugar con la luz y con los colores. Felipe Pantone, ahora, interviene la manufactura de Zenith, probando que las colaboraciones entre los mundos del arte y la relojería aún tienen mucho trecho para andar.

Lo que ha hecho es convertir el edificio de la manufactura en un lienzo-instalación que combina sus obsesiones cromáticas con gráficos digitales. Lo que refuerza el espíritu audaz y original de Zenith, que recientemente ha dado mucho más color a sus relojes. Para el CEO de la firma, Julien Tornare, la colaboración ocurrió de manera inesperada, pero natural. Él había descubierto la obra de Pantone y le había sorprendido su “extraordinaria energía dinámica”. Cuando supo que el artista era un fanático de los relojes Zenith, no quedó duda de que tenían que hacer algo juntos.

Para Pantone esto ha representado la oportunidad de formar parte de la historia de la relojería suiza. “Es un inmenso placer y un honor poder trabajar con una manufactura relojera que admiro”.

Felipe Pantone interviene Zenith abriendo camino a nuevas formas de colaboración

Por lo regular, las colaboraciones entre artistas contemporáneos y el mundo relojero se relaciona con la estética misma de los relojes. Intervenciones en esferas, correas, en campañas publicitarias o dándoles participación como embajadores, son algunas de las maneras en las que acostumbramos ver la unión de estos dos universos creativos.

Felipe Pantone es uno de los artistas pioneros que interviene una manufactura suiza con una instalación de tamaño monumental. Lo que, con seguridad, abrirá nuevas oportunidades de convergencia entre el arte y la relojería.

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