Llevar el efecto arquitectónico a escala diminuta es una asunto complejo de proporción y estética. Y Girard-Perregaux hace tiempo que tuvo la visión de abrir los horizontes mecánicos de sus relojes para adentrarnos en un despliegue del tiempo muy inusual. Así nació su Tourbillon de Tres Puentes en 1867, un ícono que sigue creciendo y actualizándose. Precisamente, ha sido este modelo emblemático el elegido para seguir celebrando los 230 años de la casa suiza. Ahora da un salto y lanza el nuevo Tourbillon con Tres Puentes Volantes, por primera vez en oro rosa. Ha sido lanzado en Geneva Watch Days.
Constantin Girard fue quien decidió convertir los puentes de la complicación que compensa los efectos de la gravedad en el detalle de decoración del movimiento. De esta manera, los tres puentes no solo funcionan como soporte del engranaje, del barrilete y del tourbillon, sino que también lo hacen como platina. Un diseño que da la sensación de que el mecanismo flota en el aire. Esta peculiar construcción ha hecho necesario que se fijen los índices en el realce, a su vez unido a la caja.
Las superficies superior e inferior de los puentes de oro rosa están revestidos de PVD negro, un toque de lujo discreto que amansa la ostentación. De este modo, solo los delgados flancos verticales de los puentes quedan expuestos como pista de su noble metal.
Los puentes se achaflanan a mano de forma muy minuciosa con una pequeña pieza de boj. Se trata de una técnica utilizada durante siglos y en la que competentes artesanos deben emplear todo un día hasta conseguir un acabado perfecto.
Mostrar lo invisible
Patrick Pruniaux, CEO de Girard-Perregaux, lo explica: “Queríamos crear un reloj que tendiera un puente con nuestro pasado, pero que también mostrara nuestra visión del futuro. Que aprovechara el talento de nuestros artesanos y relojeros y combinara los métodos tradicionales con las técnicas más innovadoras. El Tourbillon con Tres Puentes Volantes adopta una arquitectura tridimensional, lo que permite al usuario contemplar muchas piezas que normalmente están ocultas”.
Un secreto para connoisseurs
Y continúa: “Aunque Girard-Perregaux lleva iluminado lo invisible desde su misma creación. En esta ocasión nuestro equipo ha optado por algo ligeramente diferente, pues ha fabricado los puentes en oro y, más tarde, los ha revestido de PVD negro, excepto en sus laterales. Me parece maravillosamente tentador, algo propio del lujo, que ese detalle sea secreto para la mayoría de la gente y que solo los entendidos sepan de su existencia”.
Transparencia y efecto tridimensional
Una característica es que juega con las formas tridimensionales. Lo hace colocando varios elementos de la esfera a diferentes alturas. De este modo, y a pesar de su complejidad, la esfera aparece despejada, ordenada y fácil de leer, con el barrilete, el engranaje y el tourbillon alineados respecto el eje norte-sur. El barrilete ocupa la parte superior de la esfera, situado sobre un microrrotor de oro blanco, que aprovecha la energía del movimiento de la muñeca de quien lo porta.
El nuevo Tourbillon Con Tres Puentes Volante en oro rosa se esfuerza por demostrar la influencia contemporánea en cada esquina. Por ejemplo, la jaula del tourbillon está hecha de titanio de grado 5. Se trata de una aleación fuerte e hipoalergénica, además de ultraligera.
Como el Golden Gate, el Pont Neuf o el Puente de Brooklyn, los puentes del tourbillon de Girard-Perregaux son imaginarios culturales que ya habitan en nuestra mente. Los puentes también se construyen en esferas que encapsulan el tiempo para llenarlo de poesía.
FICHA TÉCNICA
Girard-Perregaux Tourbillon con Tres Puentes Volantes