La nueva versión con carátula Panda devuelve a la actualidad uno de los relojes deportivos más interesantes. Se lo merece, porque el Piaget Polo supo adelantarse a la corriente sport chic que ahora inunda el mercado. Fue hace cinco años cuando la firma ginebrina decidió dar un nuevo aire a este modelo emblemático con una completa puesta al día estética que, cosas del destino, ha sido después adoptada por multitud de firmas.
Es importante recordar que no hablamos de un producto nuevo. El Polo nace como colección en 1979 a la estela de la nueva generación de relojes deportivos de lujo que habían ido surgiendo a lo largo de la década. Con un nombre que reflejaba la pasión por los caballos del responsable de la marca (Yves G. Piaget), aquel Polo original era una bellísima pieza de su tiempo. Tenía un perfil estilizadísimo gracias al uso de un calibre ultraplano (de cuarzo, que para eso estamos hablando de finales de los años setenta). Aquel mítico modelo sirvió de inspiración a sus actuales responsables para crear una nueva colección deportiva denominada Polo S. Las formas recordaban al modelo de los años setenta, aunque convenientemente normalizadas acorde con los gustos actuales. Eso sí, se mantenía vigente la suave integración de la pulsera en las formas de la caja.
Creado para rejuvenecer el público de la firma, aquel Polo S venía con una importante novedad. La pista nos la da esa misteriosa S con la que cerraba su nombre comercial. Porque el Polo S fue el primer reloj solo de acero (Steel) que lanzaba Piaget al mercado después de muchos años de centrarse en modelos de oro con alguna excepción en titanio, como el recordado Polo FortyFive. El único antecedente que recordamos ahora es el malogrado Upstream, un modelo lanzado a principios de este siglo y que tuvo una corta vida comercial.
Todo en acero
El Polo S ha tenido mejor suerte que aquel fallido Upstream. Por lo pronto, el reloj ya lleva cinco años en el mercado, tiempo suficiente para ir evolucionado su personalidad mediante la incorporación de diferentes versiones y acabados. El último en llega es este Polo Chronograph con carátula panda. Es un cambio simplemente estético al mantenerse las características técnicas de las anteriores versiones cronógrafo. De manera muy resumida, recordaremos que el Polo Chronograph se presenta con caja de acero de 42 milímetros y en acabado cepillado, equipa un movimiento automático Calibre 1160P de embrague vertical y mantiene la tradición ultraplana de la firma con un grosor de caja de apenas 11.2 milímetros: nada mal para un cronógrafo automático.
Sencillos cambios estéticos, aunque suficientes para cambiar la personalidad del reloj. Porque es evidente el salto de personalidad de aporta este acabado panda a las anteriores versiones cronógrafo. El contraste de los diferentes acabados de la carátula aporta al reloj una imagen mucho más deportiva y juvenil. También contribuye a crear este efecto la correa de caucho azul.
Azul, color icónico
La elección del azul hay que considerarla todo un acierto por parte de los diseñadores de Piaget, si bien también que hay reconocer que no es novedad. Las primeras versiones del Polo que vimos hace cinco años ya contaban con este acabado. No hay que olvidar tampoco que el azul fue el color elegido para personalizar la versión esqueleto del Polo que la firma presentó a principios de año. Y, ya que hablamos del azul, no hay que pasar por alto el bonito detalle de decorar con este color el rotor de su movimiento. Una solución original que, como decimos, confirma la voluntad de Piaget de aportar al Polo este componente deportivo que siempre tendrá su público garantizado.
FICHA TÉCNICA
PIAGET POLO CHRONOGRAPH