Por amor al arte

Jaeger-LeCoultre recupera tres cuadros perdidos y exhibe el trabajo de su atelier. La belleza de los oficios artesanales.

Reverso nos cuenta la historia de los tres cuadros perdidos. Delicada paleta de colores, detalles minuciosos y una atmósfera temporal única. Los 90 años de Reverso se tiñen con un toque artístico especial. Reverso Tribute Enamel Hidden Treasures rinden homenaje a Gustave Courbet, Vincent Van Gogh y Gustav Klimt.

Ya desde 1936 comenzó Jaeger-LeCoultre con el primer esmalte en la pieza. Un reloj convertido en lienzo. Un marajá de la India que solicitó la pintura en miniatura de su princesa amada en la pieza. “Indian Beauty” en Bombay ya sentó las bases para le expresividad artística. Ahora la Grande Maison lleva tres cuadros perdidos (y recuperados) a la caja más icónica con la destreza de sus oficios artesanales. Todos los oficios artísticos de su atelier: grande feu, pintura en miniatura y gilloché.

Courbet

La dificultad no es únicamente reproducir fielmente el óleo, sino también representar toda la paleta de matices coloristas a una escala diminuta. De Gustave Courbet se representa la obra “Vista del lago Léman” (1876). Un cuadro que el autor francés realizó al final de su vida en su estancia en Suiza. La esfera presenta un guilloché en espiga con esmalte Grand Feu, el mismo esmalte que vemos en el fondo cerrado de la caja. Un paisaje cercano a la ubicación de la histórica manufactura de Jaeger-LeCoultre. La mano del pintor logró recrear la atmósfera de las nubes y la luz del sol sobre la superficie del lago.

Van Gogh

La segunda pieza pone sus ojoso en Vincent Van Gogh, un artista ya presente en el catálogo de la firma relojera. La obra se llama “Puesta de sol en Montmajour” (1888). Representa la hora mágica antes de la puesta de sol. Una forma innovadora de retratar el poder de la naturaleza y esos exquisitos colores sobre la vegetación de la Provenza. En esta versión, la esfera exhibe un guilloché tornasolado también con esmalte Grand Feu.

Klimt

Y la tercera obra de este Reverso Tribute Enamel Hidden Treasures recupera el trazo expresivo de Gustav Klimt. “Retrato de una dama” (1917) destaca por los ojos nostálgicos de una señorita que, según apuntan los rumores, pudo ser amante del pintor. Un retrato que alivió el dolor de su pérdida. La elegante pose femenina y su vestimenta a la moda se reflejan como una ensoñación de cierto misterio. Aquí la esfera luce guilloché con motivos granos de cebada y esmalte Grand Feu.

Las tres piezas se presentan en caja de oro blanco con las mismas dimensiones (45.6 x 27.4 mm) y una hermeticidad a 30 metros. Todas montan el calibre 822/2 de cuerda manual con función de horas y minutos —un movimiento con 42 horas de reserva de marcha—. Piezas artísticas muy elegantes que visten correa de piel de aligátor negra. Estas tres exclusivas creaciones del Reverso son ediciones limitadas a 10 ejemplares cada una. Para rendir homenaje a la capacidad única del Reverso de ocultar o revelar el tesoro artístico recreado en su fondo, los investigadores de la manufactura seleccionaron tres pinturas que permanecieron ocultas al mundo durante muchas décadas, puesto que se suponían perdidas para siempre hasta que fueron redescubiertas en los últimos años.

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